Mini capítulo especial 2

468 Words
Si de algo Ayame se dio cuenta a sus dieciséis años no fue de qué era tener un novio, no fue el descubrir el amor. Ayame a sus dieciséis años se dio cuenta de que era una buena apostadora y que el juego se le hacía muy divertido. A sus dieciocho años entró por primera vez a un casino y bajo una lluvia de suerte, esa fue la noche de ella brillar. Era una apostadora controlada, pero una excelente jugadora. Difícilmente alguien puede ganarle cuando se pone seria y con empeño.  Es por eso que al estar en aquel casino Ayame solo sonría mirando todo, siendo lejana de la mirada de un chico moreno que se preguntaba por qué ella era hermosa. Su ex amigo con derecho. Koga. Llevaban dos horas en el casino y Ayame por fin se había alejado de todos, su vestido verde le quedaba espectacular haciendo una combinación exacta con sus ojos. Koga se acercó a ella que al parecer hablaba con otra persona, pero luego se dio cuenta de que Ayame era besada por un tipo a la fuerza, sin perder tiempo alejó a ese bastardo de la chica que tenía los ojos muy abiertos. —No le vuelvas a poner un dedo encima hijo de puta — masculló enojado Koga y el hombre sonrió. —Eso solo pasará si ella me gana una partida, busca un compañero y vamos a jugar, me lo debes por hacerme perder hace un rato muñeca, si no lo hacen sus amigos van a morir, es fácil matar personas cuando conoces el casino a la perfección. Entonces ¿te ánimas muñeca? —Preguntó mirándola de arriba hacia abajo y Ayame solo hizo una muesca de asco. —En un rato, solo no te pongas llorón cuando te gane — comentó y el hombre sonrió. —Eso lo veremos, en un rato te busco — ambos lo vieron alejarse y ella miró a Koga. —Gracias — la indiferencia que mostraba hacia que Koga se muerda los labios. —Sabes que siempre estaré para ti y ... —Me largo — no lo dejó continuar, era mejor de esa manera. *** La pelirroja miraba a Koga conversar con Inuyasha algo ida. No era un para nadie que de ser su amigo con derecho Koga se convirtió en el hombre que enloquece más que sus hormonas, él enloquece su corazón. A sus veinticuatro años jamás pensó que estaría de esa manera por un hombre y que este fue tan estúpido. Ella mordió sus labios recordando todo el desastre del casino, bueno, Kagome no debía enterarse que todo ese problema fue más grande por ella. Ayame suspiró. ¿Cómo superar al hombre que amas cuando él conoce a la perfección tu cuerpo y tu alma? Difícil, Ayame lo tenía muy difícil, pero si Koga no reaccionaba rápido entonces la realidad seria que ella lo terminaría olvidando. Y nadie podría impedirlo, ni siquiera él.
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