Capítulo 16

1511 Words
Siento como lentamente Inuyasha me besa. Despacio, midiendo el tiempo, sin prisas. Me besa con delicadeza, delicadeza que pasando los minutos se torna en fuego. Ahora es desenfreno y mi corazón late más y más rápido. Hace tiempo que nadie me besaba así y mi cuerpo se eriza. Necesito tocarlo. Mi espalda choca con la cama y ahora tengo a Inuyasha sobre mi. Él chupa mis labios y luego los muerde suavemente para lamelos. Jadeo y aprovecha esto para adentrar su lengua en busca de la mía. No lo torturo en su busqueda porque mi lengua sale al encuentro. Cuando nuestras lenguas se encuentran gimo, gimo suave, pero lo hago y eso me sorprende. Mi mano que pica por tocar su piel acaricia su ancha espalda y mis piernas se enredan en sus caderas. La lengua de Inuyasha y la mía pelean en busca de quién es el ganador, pero ninguno de los dos cedemos, ambos luchamos sin miedo. Mis curiosas manos llegan a su culo y gimo cuando él se mueve y siento su dureza en mi entrepierna. Vuelve y hace ese movimiento y cierro los ojos disfrutándolo mucho. Maldición. Quizás solo debería follar con él, es mi esposo después de todo. Inuyasha no se quiere quedar atrás y sus manos tocan por debajo de la blusa de mi pijama. Sus manos están frías y mi cuerpo muy caliente. Mi piel reacciona erizándose. Sus manos suben un poco más y rozan débilmente mis pechos. Suspiro en sus labios y su boca va a mi cuello. Siento como sus besos humedos causan estragos en mi cuerpo. Inuyasha toca mis piernas, pero no va más allá. Lamo mis labios y él levanta la mirada ambos dejando de tocarnos para mirarnos a los ojos. —¿Por qué desapareciste Inuyasha?—la pregunta deja mis labios sin poder evitarla y toda esa pasión es reemplazada por frialdad. Se quita de encima de mi cuerpo y trago en seco al ver la molestia en sus ojos al mirarme. —Creo que tú lo sabes perfectamente—y con esas palabras se encierra en el baño dejándome confundida. Cierro los ojos, todavía puedo sentir sus manos en mi cuerpo. Agito mi cabeza y salgo de esos pensamientos. Inuyasha es un jodido microondas que calienta para luego no resolver. Idiota. Inuyasha no vuelve a salir del baño por lo que me encojo de hombros y me acuesto en la cama para dormir, estoy agotada. *** Miro confundida cuando el chófer se detiene frente una casa de dos pisos que no es mía ni de Inuyasha tampoco. Ambos bajamos del auto un poco confundidos y me encojo de hombros cuando me dedica una mirada interrogante. Hace días pasó ese acercamiento entre ambos que solo sirvió para alejarnos más. No quiero tenerlo cerca, es un idiota. Entramos a la casa y me aturdo un poco cuando todos gritan al mismo tiempo: ¡Sorpresa! Mis hermanas, padres y los de Inuyasha también están aquí. Suspiro. Ayer dejamos Las Vegas para volver a casa. Hago una mueca con los labios en forma de sonrisa. —¡Que felicidad hermanita, no estás en prisión!—chilla Rin mirándome con una sonrisa. —Rin, se supone que debemos de ser dulces con ella. Recuerda que arruinamos su luna de miel—comenta con una sonrisa en los labios. —Idiotas—murmuro. —¡Mamá!—chilla Rin—¡Kagome es cruel conmigo!—mi madre coloca sus manos en forma de jarra. —Kagome Andreina Tereza del monte Higurashi—la miro con horror al ella inventarse tantos nombres que convinados con el mio, quedan horrible. —¡Mamá!—ella sonríe. —No seas cruel con tu hermana cariño—y con eso se aleja de nosotras para darle cariñitos a papá. —¿Follaron?—me sobresalto cuando la mano de Sesshomaru cae en mis hombros y su susurro fue muy fuerte. —¿Qué?—giro un poco encontrándome con su enorme sonrisa. —Si mi hermano y tú follaron—rueda los ojos. —No, ¿por qué crees que follamos?—él besa mi mejilla. —Porque no lo haz insultado en todo este tiempo, no le has dedicado miradas de odio y porque ahora no parecen odiarse, más bien es como si por seguridad ambos quisieran estar alejados el uno del otro. Entonces ¿follaron?—suspiro cansada, realmente estoy muy agotada, pero como mi familia no puede vivir sin joderme un poco los ovarios, aquí estamos. —No follamos, solo nos dimos una tregua, estamos agotados—él me mira fijamente. —Cuando quieras mentir, que no sea a mi Kagome—me mira negando con una rara sonrisa en su rostro. —Te digo la verdad Sesshomaru, no follamos—él me mira detenidamente. —Algo pasó ¿cierto?—muerdo mi labio inferior y desvio la mirada—lo supuse, estoy por creer que se declararon amor eterno, pero como acabas de llegar de un viaje muy agotador, te dejaré descansar de mis preguntas, pero pronto me tienes que dar respuestas Kagome—lo veo alejarse. —Vamos a celebrar que están de regreso—mamá dice, pero salgo corriendo a la segunda planta en busca de una habitación, estoy agotada. *** Cuando despierto me aturdo al no saber donde me encuentro, pero luego grito cuando veo el rostro de Inuyasha cerca del mio, él también grita chillando de manera horrible. —Oh Dios!—chillo mirándolo—la mierda cobró forma humana—chillo más alto y sus chillidos se detienen para darme una mala mirada. —Ya le quitas todo el chiste al asunto—gruñe dejándose caer en la cama. —Bueno, ¿qué esperabas? Despierto y te veo siendo un jodido acosador—el bufa para luego sentarse. Lo veo suspirar y para luego pasarae las manos por el rostro y luego el cabello. Me da una sonrisa avergonzada que no entiendo a que viene. Se levanta y me doy cuenta de que Inuyasha anda en camisa y pantalón de vestir. ¿Tiene alguna reunión? Frunzo el ceño analizando la manera en que me sonríe porque es justo de las miradas que yo suelo darle cuando ne hago alguna maldad al idiota ese. Miro mi cuerpo y no veo nada diferente. La ropa sigue intacta. —Creo que mejor me voy... Murmura y quiero clavar un lapicero en su cuello para que deje esa cara de burla hacia mi. Paso mis manos por mi cabello para desenredarlo, pero este queda pegado y siento algo viscoso en el. —¿Qué mierda?—murmuro levantándome y consiguiendo de esa manera llegar al espejo más cercano. Mis ojos se abren de una manera que sería digna de una película de terror. Jadeo horrorizada al ver mi cabello. Malvaviscos, jodidoa malvaviscos derretidos es lo que cubre todo mi cabello desde la mitad hasta la punta. Miro como la niña del exorcista a Inuyasha quien está en la puerta riendo como loco. No obstante a meterse con mi cabello tengo la frente inmundada de brillantina. —¡Te voy a matar maldito idiota!—grito y haciendo un grito de batalla me lanzo corriendo tras de él. Inuyasha es más ágil y baja a la primera plata donde todos se sobresaltan al verme soltarle pestes a Inuyasha. —¡Calma!—grita corriendo a donde nuesta familia. —¡Calma tendrá mi alma cuando corte tu jodido pene flácido!—grito roja de la furia—un maldito cuchillo o navaja y te tendría llorando de rodillado maldito idiota bastardo—chilló molesta. —Bueno, mucho había durado ella sin insultarlo—dice Sesshomaru quien está tranquilamente tomando un café. Le arranco la taza y se la lanzo a Inuyahsa. —¡Kagome!—chilla mamá horrorizada. —¿Pero qué diablos le pasó a tu pelo?—pregunta Kikyo con los ojos abiertos. —Eso tendrá respuesta una vez acabe con la vida de ese inútil—tomo un cojín y se lo lanzo. —¡No estes molesta!—grita esquivandome—tu me dejaste inconsciente—bufo molesta. —¿Y sigues llorando por eso?, superalo—por respeto a los señores Taisho no le muestro mi dedo más amistoso. —Entonces deja de llorar por un poco de malvaviscos—le regalo una sonrisa que si la vería me asustaría. Todos retroceden y entonces corro y salto para atravesar el mueble con mi súper salto y atrapar al maldito de Inuyasha, pero como ya saben mi suerte de es una mierda como la cara de Inuyasha por lo que caigo llevándome un fuerte golpe. —¡Aush!—Inuyasha me mira y estalla en carcajadas. —Ni para eso eres buena, en serio que eres mala en todo Kagome—se burla y quiero arrancarle la lengua. —¡Ya verás!—corro trás de él y al salir a las calles no lo veo. Pero todos corren detrás de Inuyasha por lo que camino quedando de última. Solo nuestros padres se quedaron en casa. Troto un poco y hasta ahora me doy cuenta de que estoy descalsa en las calles. —Kagome—Inuyasha pasa corriendo por mi lado al salir de una calle. —Kagome corre—miro sin entender a Rin quien es sujetada por Sesshomaru ayudándola a correr. —Inuyasha tocó un timbre y nos soltaron los perros, corre—jadeo y maldiro a Inuyasha corriendo. A los lejos se escuchan los ladridos de los perros. —¡Inuyasha me la pagarás imbécil!—grito furiosa. Mis pies duelen cuando llego a la casa donde todos están sentados tranquilamente olvidamdo que me abandonaron con los perros. —Kagome, hay alguien que te esperaba. Bueno, en realidad esperaba a Inuyasha y a ti—me encojo de hombros y entro. Me encuentro con el presentador de mierda que no hace más que joderme la vida. —Que bueno que apareces. Te esperaba porque acaba de llegar el reto de mañana—miro a Inuyaha quien sonríe amablemente, pero seguro que piensa en como matar a este hombre ain dejar huellas ni evidencia, bueno em realidad creo que estos solo son mis pensamientos. Creo que iré a una iglesia porque últimamente solo tengo en menre matar a todos. —Entonces, ¿qué es?—este tipo me regala una sonrisa espeluznante. —Su día como padres—es todo lo que dice. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD