Capítulo 2

1980 Words
Yo quisiera decir que me despierto por el sonido mágico y tranquilo, creado por los bellos pájaros que nos deleitan con su armoniosa melodía para que nuestro día sea el mejor de todos. O decir que me despierto porque descanse lo suficiente como para ya no tener nada de sueño. Tampoco despierto por un bello beso maternal de mi madre o por mi alarma con un hermoso sonido de fondo que solo logra que sonría con ganas de comenzar mi día con entusiasmo. Tampoco despierto por la puerta siendo tocada suavemente ya que traen mi desayuno a la cama, ni que tenga tanta suerte. Yo despierto como poseída porque alguien con un cerebro inundado de zapatos grita. —¡KAGOME! —El grito fuerte en mi oído me hace saltar de la cama para que mi bello trasero, construido por mis largos días en el maldito gimnasio, toque el suelo. —Mierda — mascullo acariciándolo y encontrándome con quien sabía que era. Kikyo. Ella me mira sonriente montada en esa trampa mortales que llama su vida. Porque, déjenme decirles, si hay alguien que ama más unos malditos zapatos es Kikyo. —Estoy de vuelta perra loca — su sonrisa maniática me hace crear una mueca de disgusto en los labios. —Tú y Rin tienen el propósito de hacerme sufrir con sus finales — ella rueda los ojos. —Pensaba venir para el evento, pero mi vuelo se retrasó más de lo esperado — ella se sienta en mi cama y yo me levanto del suelo bostezando sin cubrir mi boca — iug Kagome, cepíllate porque tienes un aliento apestoso que me provoca náuseas — ruedo los ojos buscando alguna goma que pueda luchar contra mi cabello en las mañanas. —Tampoco te perdiste de mucho — digo mientras recojo mi cabello. —¿Qué no? —Sus ojos se abren sorprendidos — Rin fue una buena hermana y me envío todo el asunto de Inuyasha y tu — ella se ríe — ya me imaginaba que algo así iría a pasar — arrastro mis pies hasta el baño. —Ese idiota se lo merecía, me abandonó por una española. ¡Una española que en realidad no es una jodida española! —La escucho reír y me cepillo mis dientes viendo las ojeras que tengo. Salgo con ella siguiéndome de la habitación. Su silencio hace que me detenga y la mire, ella está sonriendo tanto que ahora si me da miedo. Ojalá que no se haga vuelto loca, no necesito a una de mis hermanas en un maldito psiquiátrico. —Entonces ... Su voz suena como cuando ella hace algo que me hará enfadar. —¿Qué hiciste Kikyo? —Pregunto calmada. Ella muerde sus labios mientras baja de sus trampas mortales. Bueno, eso es una clara señal de que hizo algo malo. —¿Me creerías si te jugué una broma pequeñita?—ella hace ver algo pequeño con su dedo índice y pulgar. —¿Qué hiciste Kikyo?—pregunto suspirando. —Le envié un mensaje a Inuyasha desde tu correo porque resulta que aún no  cambias la contraseña—entrecierro mis ojos y ella ríe nerviosa—hice está cosa de enviarle una carta de amor de tu parte donde decías que esos días siendo mejores amigos solo era un señuelo para estar cerca de él porque lo amabas—abro los ojos sorprendidos. —Te. Voy. A. Matar—grito y ella sale corriendo escaleras abajo—¡NO ESCAPES MALDITA COBARDE!—Kikyo chilla mientras corre muy rápido y pone sus trampas mortales en un lugar seguro y luego seguir corriendo. —¡No lo hice con malas intenciones Kagome!—me grita a la vez que salta para caer detrás del mueble, pero termina en el suelo—maldición, en películas parecía más fácil—sonrío al ver a mi presa en el suelo y lastimada. —Muy bien, ahora te tengo—me río como la bruja de la bella durmiente, estoy tan concentrada en reírme de manera malévola que me atraganto con el aire y empiezo a toser. —Eres peor que yo copiando películas—dice Kikyo burlándose de mi. —¿Están jugando sin mi?—Rin aparece con una bolsa de papas—¡mamá! Te dije que si me excluyen, soy la puta adoptada de esta maldita familia. ¡Pero ya no más! Yo voy a gobernarlos a todos porque papá fue muy amable de ponerme una muy jugosa cantidad de dinero. Pero gracias por las mentiras, amo que me mientan sobre mi origen. Al menos tenías que tener la decencia de decirme quienes eran mis padres biológicos—Rin cae al suelo de rodillas mientras llora. Kikyo y yo nos miramos confundidas. —¿No crees que es un poco temprano para tus dramas?—pregunta Kikyo mientras me pellizca para que baje de su cuerpo—aunque eres delgada pesas mucho, bajate que me muero—ruedo los ojos, no se quien es más dramática. —Rin—mamá suspira y nos mira—no excluyan a su hermana—Rin sonríe como una niña pequeña—no pensé que tenerlas a las tres en casa me iba a dar tantos problemas—mamá suspira y vuelve a la cocina. —Sigues siendo una adoptada—susurro mientras bostezo. —¡Kikyo!—grita Rin corriendo hacia Kikyo. —¡Rin!—Kikyo corre hacia Rin. Lo curioso es que ambas corren increíblemente lento para hacer ver cómo si fuera una película. Bien, esta familia no verá películas hasta dos años después. —Las hermanas Higurashi volvieron a la acción—yo ruedo los ojos y camino hasta la cocina porque tengo hambre. —Los Taisho vendrán, tenemos desayuno con ellos así que debes cambiarte cariño—hago un puchero y mamá ríe—anda, ve a ponerte hermosa—suspiro y volteo encontrándome con mis hermanas. —Y por favor báñate—me encojo de hombros y subo las escaleras. Al llegar a mi habitación, me baño, hago algo con mi cabello y me coloco un vestido holgado color verde claro, unas sandalias y listo. Bajo las escaleras y como no veo a nadie supongo que se encuentran en el jardín, de sólo pensar en el estúpido que carece de malditas neuronas me enciende de manera sorprendente, y no encenderme de buena manera, de una muy mala en donde poseo pensamientos cariñosos de él siendo torturado por mi. ¿Ya comenté? Soy un amor de persona, tan dulce como un algodón de azúcar. Al escuchar risas salgo y mi sonrisa se borra al mirarle la cara ¿por qué no lo soporto? Ah, si, por traidor. Me he dado cuenta de que soy una persona rencorosa porque de solo verlo tengo ganas de ahogarlo en la piscina que se encuentra a unos pasos de donde están desayunando. —Buenos días—Izayoi me sonríe con cariño, que bueno que no presenció el bochornoso momento donde dije que a su hijo le gustan más los p***s que las v*****s. Le devuelvo la sonrisa. Aún no puedo creer que el señor Inu No Taisho tenga tres hijos de diferentes mujeres. Está su hijo mayor Naraku Taisho quien es una copia de su madre, ya la conozco y la mujer es muy amable. Me llevo bien con Naraku, claro, mientras no quiera conquistarme porque se ha convertido en todo un Don Juan. Aunque tiene porqué sentirse así, las mujeres le caen como agua desde que camina en la calle, es guapo y él lo sabe. Luego está Sesshomaru Taisho quien es mi mejor amigo ahora, chúpate esa maldito insensible Inuyasha. Su madre es... Bueno, ella es un poco difícil ya que siempre que hay encuentros hace quedar en ridículo a Inu No Taisho, ellos luego terminan discutiendo y no vuelven hablarse por un tiempo. Y por último el bastardo llamado Inuyasha Taisho quien al parecer fue la falla de tan buena familia. Ese idiota insensible hijo de una mujer grandiosa que es genial y cocina sensacional. Creo que Inu No Taisho y mi padre se pusieron de acuerdo en que uno tendría tres hijos y el otro tres hijas es de la única explicación que le encuentro, y si fue así entonces, j***r, esa es una amistad realmente extraña. —Ya despertó el gorila—el murmuro de Inuyasha no escucho perfectamente. Lo ignoro y camino hasta sentarme entre Kikyo quien ignora las miradas "coquetas" que le envía Naraku. Y Rin quien es observada por Sesshomaru, este último le hace muecas haciendo que ella levante su dedo corazón hacia su dirección cuando nadie lo ve. Que romántico. —Te esperamos hija—le doy una sonrisa a mi madre mientras mi padre me ignora, que bonito papá. —Podemos comenzar, muero de hambre—confieso. —Todos las tenemos, pero como SI tenemos educación te esperábamos—dice Inuyasha mirándome desafiante. —¿Qué pasó Inuyasha?—pregunto acomodándome en mi silla—¿acaso tu novia siguió mi consejo y teme que te aparezcas en un trío? Déjame decirte que el que ella no te halla dado sexo no quiere decir que puedes venir de amargado—mi madre niega mientras Izayoi abre ligeramente los labios. —¿Acaso sabes tú lo que es sexo tabla?—lamo mis labios. —Si, algo que al parecer tu no—la risa de Sesshomaru me hace sentir bien, que lindo, se ríe de su hermano. Inuyasha le da una mala mirada. —¿No puedes dejar de ser tan estúpida?—mojo mis labios con mi lengua. —Eso me pregunto cada día de ti—respondo con falsa tranquilidad. —¡Basta!—mi padre nos mira de manera reprobatoria—ustedes dos ya nos causaron suficientes problemas ayer, mañana los queremos a ambos en la oficina de juntas, tenemos un tema que tratar con ustedes dos—me siento erguida en la silla cuando los ojos llameantes de mi padre me miran enojados. ¿Ahora que dice? —Bien—respondo con simpleza. —Por cierto Inuyasha—la voz de Kikyo hace que todos le prestemos atención—me contaron que sigues con la loca de fotos en i********: con frases de "mejores amigos por siempre, te amo bebé"—muerdo mis labios para no reír y Kikyo me guiña un ojo. Ella acaba de elegir el bando al cual va y que suerte que es mi bando. —Tiene nombre—dice Inuyasha. —Y también muchas fotos—Rin se ríe bajo disfrutando el momento. Al parecer la señorita Miss fotos no es muy querida aquí. Siento que en este momento amo a mis dos hermanas. Primer momento donde agradezco que mis padres sean calenturientos y decidieran procrear muchos niños. Veo los labios de Inuyasha convertirse en una fina línea mientras muerdo un poco de pan. Kikyo sigue sonriéndole de manera sarcástica y Naraku la mira con una ceja arqueada. —Y tu muchos tacones—ella se encoje de hombros. —Los tacones fue la creación más hermosa que se pudo hacer en este mundo—arrugo mi entrecejo. —Pensé que la creación más hermosa era yo—digo confusa. —¿Una tabla de planchar?—pregunta Inuyasha—siento decirte esto; a ti no te creo Dios, a ti te creó el diablo porque con ese cuerpo de tabla, lamento decirte que no se la levantas a nadie—muchos jadeos dramáticos se escuchan. —¡Dios!—chica Izayoi—vamos a tener un desayuno tranquilo sin que ustedes se lancen bombas, por favor—muerdo mi lengua para no mandarlo a la mierda, donde indudablemente pertenece. —Claro—es todo lo que me limito a decir. —¿Cómo está Kagura?—la pregunta de Naraku es directamente hacia Kikyo ya que Kagura es su mejor amiga. —De maravilla, y así seguirá—le dice mirándolo desafiante—¿qué se siente que alguien más, aparte de mi, te rechace?—ella le regala una sonrisa maliciosa—al parecer no eres el centro del universo como creías—mi madre niega resoplando. —Bueno, bueno, creo que deben calmarse un poco—dice Sesshomaru quien está muy tranquilo hoy. —Lo dices tú, ya me duelen los pies, o dejas de pisarme como si fueras un maldito niño o te arrancaré las pelotas—las palabras de Rin hacen que Sesshomaru se carcajee como loco. —Amo tu dulzura Rin, tienes una boca que dice palabras tan lindas—dice mirándola y luego guiñándole un ojo. —Detecto sarcasmo—murmuro bebiendo un poco de jugo. —¡Hola familia!—Sango aparece corriendo con una sonrisa y mirándome—¿adivina quien tiene una cita que no está destinada al fracaso?—ella no me deja contestar porque salta gritando como loca—¡Yo! Y es jodidamente excitante porque mis últimas citas iban al fracaso y ya me estaba haciendo la idea de terminar en una casa llena de gatos contigo. ¡Pero alguien me salva de ese horrible destino!—ella salta y de repente se pone a bailar la macarena. Me quedo mirándola raro mientras ella baila y ahora Sesshomaru canta. Rin y Kikyo se colocan a su lado mientras bailan con ella. Mi familia está loca, pero creo que amo eso. Lo único malo es el chico frente a mi que me mira como un jodido idiota, aunque eso es: un jodido idiota. —Así que era tu amor prohibido—Inuyasha me mira con una sonrisa de suficiencia. —Si, en mis peores pesadillas idiota—su sonrisa se borra de inmediato. Todo esto es una locura, pero una de la cual me encanta vivir. 
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