Alocado matrimonio

Capítulo 8

Maldigo bajo cuando abro los ojos y el dolor de cabeza me ataca. Gimo de manera dramática y cierro loa ojos. No vuelvo a beber.

Lo mismo prometiste la última vez, y  mírate  aquí, dando pena ajena.

Ignoro, como siempre, la voz que me ataca y me aclaro la garganta. La tengo seca. Solo recordar que anoche fue mi "despedida de soltera" solo hace que tenga ganas de reír.

Reír de varias cosas, como por ejemplo enumeramos los acontecimientos:

1) Kikyo le tocó el pene al strippers que al parecer era gay o nuevo y salió huyendo de ella, razón por la cual la tarifa que tenían bajo.

2) La novia de Inuyasha apareció haciendo un escándalo porque ella aún lo amaba y que soy una baja novios — sus palabras no las mías — al mismo tiempo que lloró histérica. Razón por la cual le dimos la dirección de la despedida de soltero de Inuyasha.

3) El alcohol afectó tanto nuestros cerebros que terminamos en la despedida de Inuyasha bailando en los tubo, tengo que decir que Rin me sorprendió. Ya veo porque algunos de sus ex no la superan.

4) Inuyasha vomitó a su novia.

5) Yo lo grabé todo.

Ahora que lo pienso, fue una muy buena despedida de soltera. Me río, pero luego mi risa se apaga al Rin entrar con cara de velorio, algo raro en alguien tan energético como ella.

—Tienes que acabar con mi vida, no puedo creer que lo hice en realidad — dice ella lanzándose en mi cama y cubriendo con sus manos sus ojos — soy una idiota — murmura para luego apartar su mano y mirarme.

—Eso ta lo sabía, pero ¿por qué lo reconoces? —Ella muerde sus labios y Kikyo entra.

—Maldita resaca — murmura con una piyama sexy y unos malditos tacones que me hacen poner los ojos en blanco.

—¿Cómo puedes andar en tacones desde que te levantas? —Rin se adelanta a preguntar lo que yo iba hacer.

—¿Qué? —Ella nos mira — son hermosos, ¿acaso no lo ven? —Golpeo mi frente de manera dramática.

—Dios, de verdad que tienes un problema serio cariño — hace uno de esos pucheros que harían babear a Naraku.

—Ya te dije que me veo genial — murmura y la puerta se abre para ahora entrar Sango con Ayame. 

—¡Ya te dije que es un idiota! —Grita Ayame furiosa.

—¿Quién es un idiota?—pregunto acomodándome en mi enorme cama.

—Koga, es un completo inútil el muy maldito—arrugo mi frente.

—¿Conocíamos algún Koga?—Sango suspira.

—Fue su amigo con derecho y anoche se comía a otra manzanita luego de Ayame declarle sus sentimientos—ella rueda los ojos y toma un mechón de su pelo para enredarlo en sus dedos.

—Pero si piensa que estaré llorando por eso se puede meter sus pensamientos por el... Por el...

—¿Culo?—pregunta Rin ayudándola ya que Ayame no es de insultar a las personas.

—Si, por el trasero—dice con cara de victoria.

—Por el culo sonaba más rudo, ¿eres consciente de eso?—pregunto y ella suspira.

—Lo hecho, hecho está—todas se sientan en mi cama.

—Rin estaba a punto de contarme su trágica historia de anoche—digo estirando las piernas y subiéndolas encima de los muslos de Sango—maldición Sango, hoy tus labios se ven sexy, si fuese lesbiana juro que hago cosas indecentes contigo—ella me guiña un ojo.

—Aún podemos hacer cosas indecentes—propone con mirada pícara.

—Cuando quieras amor—ella ríe y niega.

—¡Es mi momento de tragedia! Así que no me interrumpan—dice Rin acomodando su hermoso pelo en una coleta desordenada—bien, les contaré mi triste y trágica historia, la titulo "La trágica noche de alcohol".—todas nos damos un golpe en la frente al escuchar ese estúpido título.

—Ningún titulo que lleve alcohol es trágico—dice Sango con una sonrisa de autosuficiencia y confianza.

—Claro, dile eso a mi yo borracha—comento de manera distraída.

—Kagome, tus historias siempre terminan trágica con alcohol o sin alcohol—dice Sango y pongo loa ojos en blanco.

—¡Necesito su atención por favor!—grita Rin y me acaricio la nunca.

—Baja la voz que tengo un poco de resaca—le digo.

—Entonces presten absoluta atención—asiento—entonces. ¡Oh Dios soy una idiota!—se lamenta y cierra los ojos y muerde sus labios para luego lamerlos—yo... Bueno...

—!Por Dios solo dilo mujer!—dice Kikyo rodando los ojos.

—¡Me besé con Sesshomaru anoche!—grita dejándonos a todas en absoluto silencio.

Mis labios se abren y veo algo inusual en Rin, sus mejillas se sonrojan y sé que no es por vergüenza, al parecer hay algo más que ella no nos está contando. Aunque todos esto me sorprende a decir verdad, Rin siempre declina las propuestas indecentes de Sesshomaru y aunque sea un beso dulce que él le propusiera, ella lo rechazaría como siempre pasa. Por eso él que ella se haya dejado envolver por Sesshomaru y terminar besándolo nos deja a todas sorprendida. ¡Mi mejor amigo y mi hermana! Siempre pensé que algo así pasaría, Sesshomaru siempre a mostrado interés en ella, creo que es normal eso. Aunque no deja de sorprender.

—¡¿Qué?!—gritan todas al unismo y Rin suspira.

—El alcohol, más las palabras sucias de Sesshomaru... Bueno... Me calentaron tal vez un poquito—dice jugando con sus dedos de manera nerviosa—y beso terminó en yo pegada a una pared besándolo y tal vez un poco de toques no actos para niños—muerde sus labios.

—¡Mi hermana folló con ropa!—grito haciendo que Ayame caiga al suelo.

—Gracias Kagome, mi trasero te agradece el golpe—dice ella sobándolo.

—Al parecer la noche de Rin fue más interesante que la nuestra—dice Kikyo con una sonrisa—, pero yo hice algo increíblemente genial—dice juntando sus manos y tomando esa pose de maldad que usa cuando hizo alguna travesura.

—¿Por qué algo me dice que tiene que ver con Naraku?—pregunto con una sonrisa.

—Tal vez porque definitivamente Naraku protagoniza su historia—dice Sango chocando los cinco conmigo.

—Sango cariño, es hora de mi historia, así que haz silencio—Sango rueda los ojos—bueno, cuando fuimos a invadir una despedida de soltero que nada que ver con nosotras—comienza con voz cantarina.

—Luego Kagome tiene que contar como terminó el asunto con Miss fotos en i********:—asiento y miro a Kikyo cuando Rin termina de hablar.

—No sé como terminamos Naraku y yo en un salón, el punto es que lo calenté tocándolo un poco y contándole relatos sucios, se tuvo que largar con una tremenda erección que si tiene suerte, salga en todos los noticieros hoy—niego con una sonrisa.

_Quién la viera con esa cara de ángel—murmura Ayame negando divertida.

—Se lo merecía por idiota—dice ella mirando sus uñas.

—Ahora vengo yo con mi historia. Resumida, Miroku me besó y yo salí corriendo—todas la miramos mal.

—¿Me estás diciendo que luego de años de llorar por él cuando te besa sales corriendo?—pregunto lo obvio.

—Me puse nerviosa—esa es su brillante justificación.

—Merece la muerte—digo suspirando con fuerza.

—¡Oye!—chilla—no seas tan cruel—hace que mi piernas salgan fuera de sus muslos y la miro mal.

—Solo soy realista—de manera madura, ella me saca la lengua.

—Kagome—mamá entra con una sonrisa—¡tu prometido está abajo!—mi cara demuestra la felicidad que eso causa.

—Dile que se puede ir—murmuro de manera rápida.

—Inuyasha me dijo que debían hablar de algo sobre un último reto—inmediatamente me bajo de la cama y corro abajo.

Me encuentro con Inuyasha sentado metiéndose un dedo en la nariz. Awww, al parecer los antiguos hábitos nunca cambian. 

—¿Sigues comiendo tus mocos?—pregunto terminando de bajar las escaleras.

—¿Algún problema con eso?, ¿no entraste a un baño antes de bajar? Tu mal olor me llega aquí Kagome—me encojo de hombros.

—¿Tú ya no tienes vómito?—pregunto y su seriedad me encanta. Ay, como amo hacerlo enojar. Además de que Inuyasha es tan fácil de fastidiar a veces.

—No vamos a hablar de eso, nuestra boda está a la esquina y queda un último reto que hacer. Debemos ponernos de acuerdo, sabes que no llevaré un estúpido traje de novias a nuestra horrorosa boda—me miro las uñas.

—¿Cual será el reto?—él se acerca con una sonrisa que da miedo.

—Digamos que tengo que saber si hay limites para nuestros retos... Cariño—la última palabra la dice con tanta burla que me causa náuseas.

Bostezo cansada y levantó mi vista. Grito cuando veo a las cuatros retrasadas que dejé en mi habitación grabándonos. Esto tiene que ser una jodida broma.

—¿Acaso sus culos quieren sentir mi pierna pasearlos?—pregunto—porque si la respuesta es si, la que se quede ahí durante los últimos treinta segundos lo sentirá—todas salen corriendo.

—¡Mamá Kagome quiere dejarme sin mis nalgas!—lloriquea Rin y ruedo los ojos.

—¡Kagome deja de amenazar a tu hermana!—grita mi madre desde la segunda plata. Le saco la lengua siendo consciente de que no me está mirando. De esta manera es más fácil hacer todo.

—Inuyasha tengo rato esperando—la voz de un chico me hace dejar mi tontería y mirarlo. Vaya, este chico tiene una piel morena y está bueno, sus ojos azules hacen que se vea mucho más atractivo su varonil rostro.

—¿Y tu eres?—pregunto olvidando mi poca educación. Mamá que perdone todas las horas que le hice gastar para que mi educación sea nula.

—Soy Koga, mucho gusto prometida de Inuyasha—así que este es el famoso amigo con derecho de Ayame quien ahora está con otra.

—Soy Kagome, lastimosamente prometida de este bastardo—digo estrechando su mano.

—Inuyasha, no me comentaste nada de ella teniendo una lengua algo sucia—me encojo de hombros.

—Creo que es un don querido—digo con una sonrisa.

—Entonces Kagome, ¿dejarás el coqueteo y me prestarás atención?—pregunta Inuyasha perdiendo la paciencia.

—Uy, alguien no se levantó contento hoy. ¿Qué pasa Inuyasha? ¿Te duelen las pelotas?—escucho a Koga reír, pero mi vista está en el peli plata insoportable que fue mi mejor amigo. Traidor—¿Celoso cariño? Mira, ya te presto mucha atención, no debes molestarte dulzura de mi vida—digo en tono burlón.

—Maldita—lo oigo murmurar por abajo.

—¿Entonces?—levanto una ceja cruzando mis brazos.

—Mejor te mando un mensaje de texto—hace una mueca y ruedo los ojos.

—Que tengas buen viaje... Cariño—él mira a Koga y se acerca a mi.

—Adiós—mis ojos se abren cuando me da un beso de pico y luego sale prácticamente corriendo.

—¡Kagome se besó con Inuyasha!—el grito de Kikyo me hace abrir los ojos. Ese maldito...

Salgo corriendo, pero es en vano, su auto no está. ¿Por qué diablo me besó?

—¡Ellos se adoran!—escucho gritar a Rin.

Inuyasha, gracias a tu estúpido beso me has dado una idea grandiosa, ya te veo con un hermoso vestido de boda