Prólogo

455 Words
—¿Cómo se declara la acusada? — pregunta el juez con voz solemne viéndome fijamente a los ojos, sonrío de lado sin quitarle los ojos de encima —culpable— digo en tono burlón, decidida y tratando de no sonreír demasiado por el gusto que me da que ese maldito esté pudriéndose bajo tierra, el murmullo en la sala se hace más notorio, los reporteros y los camarógrafos se ponen de pie y los flashes de las cámaras son intensos, mi abogado me toma del brazo con brusquedad —Paula,  no ¿que mierda has dicho? — me pregunta casi en el oído sin separar los dientes, aprieta la mandíbula, está furioso, hice lo contrario a lo que habíamos hablado hace unos días, a nuestra estrategia para salir libre de esto, sigo mirando al juez fijamente a sus azulinos ojos, quien niega con la cabeza —orden, orden en la sala— golpea el mazo varias veces mientras alza la voz, poco a poco los murmullos se detienen y el silencio vuelve a dominar el espacio, solamente por los sonidos de las cámaras y los reporteros hablando en voz baja, seguramente mañana seré la portada de todas las revistas de chismes del país, lo que me tiene por completo sin cuidado —Señora Altamira, queda usted detenida por el delito de asesinato, falsificación de documentos, compra de testigos y por mentirle a un tribunal, su condena será de cincuenta a setenta años en prisión sin derecho a salir bajo fianza— vuelve a golpear el mazo y después de volver a cruzar miradas, se pone de pie, lo sigo con la mirada y lo veo salir por una pequeña puerta Los guardias caminan hasta mí, me esposan ambas manos y tomándome del brazo me hacen caminar junto con ellos a paso rápido, mi abogado se apresura a guardar todos los documentos y pruebas de mi inocencia en su maletín para acompañarme hasta donde me quieran llevar —buscaré la forma de sacarte de aquí, lo prometo, pondré una apelación, no eres culpable— me dice un poco desesperado y en voz alta, niego mientras camino esposada, le doy una sonrisa  —no pierdas el tiempo, soy culpable, yo lo maté y no me arrepiento— le digo con una sonrisa de satisfacción en el rostro, lo veo desaparecer cuando entro a un largo pasillo, esperando que mis cómplices, actúen antes de que pise ese maldito lugar…. Hola, soy Paula Altamira y asesiné a mi marido, ¿me arrepiento? Por supuesto que no, lo merecía, ¿quieres saber por qué? Bueno… es una historia un poco larga de contar, solo te digo que no estoy sola, así que es mejor que inicie de una vez… 
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