–¡Mami! ¡Mami! ¡Mira que alto! –gritó Naty desde lo alto del castillo donde se encontraba brincando.. –Ten cuidado… –Estás muy alta, ya me has pasado de estatura–grito Emilio y la niña empezó a reír, se dio la vuelta y volvio a meterse en el interior del lugar. Patty lo miró con reproché aunque tenía una sonrisa en el rostro, Emilio también estaba sonriendo. –Se puede caer. –Estará bien, no pasa nada –contestó él –. Los niñ*s también necesitan algo de emoción de vez en cuando. Desde que Emilio había llegado, Naty sonreía más, pero al costo de prácticamente poner su vida en riesgo, se habían vuelto algo así como cómplices en romper las reglas, especialmente con los dulces y saltar en la cama. –Mi madre me envió la receta del pie de Limón. –Yo se la pedí –comentó Patty –. Me e