Mi ansiedad por sentarme en el césped está volviéndome loco.
Estamos los cinco afuera, bajo el sol. Los chicos hablan de cosas que no entiendo y no me importa seguir el hilo de la conversación ahora, ni los miro, y cuatro calientes soldados de treinta y pico sin camisa bajo los rayos calientes del sol de primavera son algo a lo que no perdería de vista en otro momento.
Pero el sol, el pasto, el olor a campo, el vientito caliente es todo lo que necesitaba. Mis lágrimas corren por mis mejillas, no lo puedo evitar. Supongo que mis crisis de ansiedad se deben más que nada al sentimiento de muerte que me tuvo preso durante tanto tiempo. Creí que nunca más iba a disfrutar de esto.
Extraño más que nunca a Amelia, si fuera por ella hubiésemos vivido en un campamento como dos hippies felices. Un gemido estrangulado se escucha y me doy cuenta de que es mío, los brazos de John están a mi alrededor. Su pecho pegado a mi espalda, me acaricia la cabeza con su rostro hablándome suavemente.
-creí que no iba a sentarme en el pasto nunca más. Fue horrible. No tenía idea de si era de día o de noche, no supe cuantos días estuve ahí, no podía respirar. Fue horrible John.
-ya pasó cariño, ya pasó. Puedes vivir en el césped a partir de ahora, podemos hasta instalar una carpa aquí no chicos?
-ahora mismo la podemos armar
-voy a buscar las cosas
-esta noche hacemos una fogata
Los tres comenzaron a hacer planes.
Son muy buenos amigos. Que increíble haberlos conocido.
-Ya no estás solo Sam. Somos los 5 a partir de ahora. Vamos a cuidarte de Marcus.
Nos quedamos así hasta que los chicos comienzan a dejar caer cosas a nuestro alrededor.
Pasamos la tarde armando 4 carpas hermosas y fuertes, como para militares, sonrió en mi mente.
Al caer la noche la fogata está lista, nos sentamos alrededor, trajeron hasta bocadillos para comer en un palo. Son muy divertidos, nunca sé si hablan en broma o no.
Resulta que John es un fanático del control, de alguna manera ellos le responden como si fuera el lider, pero cada uno tiene sus particularidades que los hacen destacar y ser esenciales para los demás.
-tenemos que hablar de lo que encontré en mi investigación. Dice nick
-adelante
Le digo entusiasmado por saber qué está pasando.
-resulta que conseguí una foto de Marcus y John lo reconoció del juego de cartas, por lo que se sabe de él es bastante anónimo es muy raro que se deje ver tan fácilmente ante gente que no conoce. Lo de John fue algo inédito.
Tiene 34 años, vive en este estado, creció en una familia de cuatro, madre, padre y un hermano más chico. Aparentemente el hermano era adoptado.
Te voy a mostrar la foto y me dices si lo viste en el lugar alguna vez
Nick hablaba mientras abría una carpeta y su laptop.
Me pasa un papel y cuando lo veo, salgo de mi lugar en el tronco en el que estaba sentado y vomito a un costado.