capítulo 5

883 Words
Voy a aparecer en el libro de récords por despertarme en lugares extraños sin saber cómo llegué. Me duele todo el cuerpo pero estoy abrigado, siento el peso de una manta caliente sobre mi, y un colchón debajo. Una lágrima sale de mi ojo y termina su recorrido lentamente en mi oreja. No sé si moverme o abrir los ojos, no quiero advertir que estoy despierto a quien sea que está respirando a mi lado. -shh tranquilo. Vas a estar bien. Abre los ojos, estás seguro aquí. Está hablándome despacio, no me grita y eso hace que se me escapen más lágrimas. Por dios que me pasa? -pensé que iba a morir. Le digo con voz ronca y rasposa. -agua Digo sin más, el dolor me hace apretar los dientes. -aquí toma. Una pajita toca mis labios y la tomo chupando despacio y el líquido fresco inunda mi boca. Sigo llorando. Tanto alivio por unos tragos de agua. -Tranquilo, tranquilo. Ya pasó. Yo te saqué de allí. Pero si no te recuperas rápido no podemos seguir nuestro camino y temo que nos van a encontrar. Mi cabeza funciona a mil. Tengo tantas preguntas. ¿Quién es este tipo? ¿Por qué me sacó? Y de dónde me sacó? ¿Quiénes me tenían? ¿Durante cuánto tiempo? No me doy cuenta que estoy llorando y temblando como en un ataque de ansiedad, hasta que noto su calor envolviendome y con calma me hace círculos tranquilizantes en mi espalda con su mano y que estoy sentado sobre él con la cara enterrada en su cuello. Respiro con dificultad y no me animo a moverme. No tengo miedo pero no sé quién es, o qué quiere de mí y todavía no he abierto los ojos. -tranquilo por favor, no gastes energía. Necesitamos que me dejes revisarte y alimentarte para poder seguir nuestro camino has estado durmiendo desde que te saqué -y cuando fue eso? -hace más de 36 horas -dios, debo apestar. Digo lo primero que se me cruza por la cabeza. -He soñado con darme una ducha desde que desperté en ese cuarto asqueroso. -si apestabas, me dice sonriendo -pero antes de salir te limpié con un trapo para ver si estabas lastimado y cuando llegamos aquí te metí en la bañera y bueno, yo eh.. -¿Me diste un baño? Está bien, te lo agradezco, no sé si hubiera soportado ver toda la suciedad que tenía encima. -si, tuve que llenar y vaciar la bañera 3 veces, pero quedaste impecable. Abro los ojos y me duelen, parpadeo varias veces y lo veo, guau, es hermoso. Tiene ojos claros, canela quizás, pelo rubio corto tipo militar pero despeinado y una cara perfecta. Siento que mis mejillas están ardiendo y con timidez le digo gracias nuevamente. -¿Y tú quién eres? Pregunto para cortar un poco la tensión - Yo te llevé comida la tarde antes de sacarte. Te escuché pedir ayuda y no pude hacer nada hasta bien entrada la madrugada que todos dormían. Lo siento por no involucrarme antes -¿dónde estaba? ¿Porqué me secuestraron? - no lo sé. De verdad. Yo llegué a Marcus 3 días antes de que me enviasen a alimentarte. Cuando vi la comida que te daban la cambié por la mía -por eso vi colores. No lo imaginé. Gracias. Aunque no pude comerlo, creo que me desmayé al pedir ayuda, ¿eras tú quien me respondió? Fuiste la primera voz que escuchaba desde que me dejaron ahí dentro. -no puedo creer que todavía estés vivo. Estuviste más de tres semanas ahí -qué? un mes? un mes entero? Dios mío. Me alimentaron sólo 6 o 7 veces Mi estómago se retuerce y siento náuseas. Me falta el aire y comienzo a apretar sus brazos desesperado Me abraza fuerte y me habla tranquilo al oído -respira conmigo. Sigue mi ritmo. Adentro y afuera. Tranquilo. Despacio Poco a poco cojo el ritmo y me calmo, el cuerpo deja de temblar y me encuentro acostado sobre él con mi oído sobre su corazón. -Lo siento. Digo bajito -está bien. Relájate y podemos seguir hablando -¿Quién es Marcus? Pregunto después de unos minutos -Es un mafioso, todo el mundo le debe algo, maneja el tráfico de armas de toda la zona, unos 4 estados. El que lo jode muere, esa es su reputación. A mi me engañó en un juego de cartas y me inventaron una deuda y llegué ahí para pagarle y no aceptó el dinero. Me hizo trabajar para él como un soldado hasta que él considere que la deuda ficticia esté saldada. Me pareció un imbécil cuando lo conocí en ese bar y lo confirmé cuando llegué a esa mansión. Hablaba tranquilo y me acariciaba la espalda mientras seguía con su historia. -En fin, una de mis tareas fue darte comida, me emparejaron con otro imbécil y fuimos, ahí te escuché y casi me vuelvo loco. -Saben que nos fuimos? -si, nos dispararon cuando llevábamos diez minutos en la camioneta. Antes de que haga otra pregunta dijo -le dieron a uno de los espejos y logré alejarnos sin más problemas. Como 80km más tarde encontré este motel. No está nada mal. Sirven desayuno y cena y tienen agua caliente. Lo siento encogerse de hombros.
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