Punto de vista de Jade
Papá me dejó sola para desempacar y supongo que para pensar.
Él estaba en lo correcto, le estaba ocultando algo a Jason. Mis sentimientos. Pero en mi defensa, no me había dado cuenta de cómo habían cambiado hasta esta mañana, después de que ese sueño me dejara conmocionada. Sí, amaba a Jason. Pero, ¿por qué nunca me había dado cuenta de que ese amor se estaba convirtiendo en algo más?
Estaba doblando toda mi ropa limpia, incluida la que acababa de comprar, cuando escuché algo que hizo que mi corazón tartamudeara y se me encogiera el estómago, un aullido proveniente detrás de mi casa. Nunca antes había oído el aullido, pero conocía esa voz. Era Jason, estaba en casa.
Dejé caer lo que tenía en mis manos y corrí hacia lo que me gustaba llamar la pared de mi ventana. Casi toda una pared de mi habitación era una ventana. Presionando mis manos contra el vidrio, dejo que mis ojos se acostumbren a tratar de ver en la oscuridad. Mi vista era mejor que la de un humano pero no tan buena como la de un vampiro. Tuve que reenfocarme un poco.
Alcancé a ver un movimiento que de repente se detuvo. Jason estaba refugiándose en el bosque para poder vestirse. Hablando de eso, me miré a mí misma. Mi atuendo estaba bien, pero necesitaba refrescarme un poco después de ir de compras todo el día. Rápidamente, corrí al baño. Mi cabello estaba un poco encrespado debido a que estaba lloviznando todo el día. Lo alisé con un poco de agua. También me cepillé los dientes, por si acaso.
Mirándome en el espejo, respiré hondo y giré el cuello y los hombros. Es sólo Jason, me dije.
Sí, pero hace días que se fue, y ahora te das cuenta de que los sentimientos están cambiando.
Le dije a esa parte de mí que se callara.
Escuché una risa abajo, era profunda y áspera. Me hizo temblar.
—¡Jason!— chilló la tía Ambar. Escuché sus pies correr por el piso de madera hacia la sala de estar. Un momento después escuché lo que sonó como un golpe. Ella debe haberlo besado— ¡Te extrañé! Por supuesto que no extrañé no poder ver, pero aun así, te extrañé.
Él se rió de nuevo.
—Yo también te extrañé, pequeña. Los extrañé a todos
Uno a la vez, escuché a mi familia saludarlo excepto la tía Amy. A ella todavía no le gustaba. Su temperamento había empeorado después de que le permitieron dormir en mi cama junto a mí. Ahora se quejaba de que el olor a perro estaba permanentemente incrustado en mi piel y ropa.
—Rubia— escuché a Jason decir rígidamente.
—Pulgoso— respondió ella, con la voz igual de rígida.
Suspiré mentalmente.
Cuando llegó a mi mamá hubo una pausa. Tuve la sensación de que ella lo estaba abrazando con fuerza. Luego, escuché otro golpe, pero no pensé que fuera mi mamá besando a Jason, y tenía razón. Esa era una imagen asquerosa de todos modos.
—¡Ay, Isa! ¿Por qué diablos fue eso?— siseó.
—Eso fue por haberte ido demasiado tiempo. La próxima vez que te lo hagas personalmente iré a buscarte y te arrastraré de tu cabello que esta demasiado largo
No sé por qué se quejaba de su pelo. Sabía que ella se había enfadado la primera vez que se lo había cortado todo cuando tenía dieciséis años.
Sin embargo, no pude evitarlo, me reí.
La casa entera se detuvo.
—Está arriba— le dijo papá.
—¿Puedo?— Jason preguntó vacilante.
Antes de que pudiera recibir una respuesta, ya estaba fuera del baño y a medio camino de las escaleras. Él estaba a punto de subir el primer escalón cuando me estrellé contra él. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura. Automáticamente envolvió sus brazos alrededor de mi cintura para mantenernos estables.
Mi nariz estaba enterrada junto a su oreja cuando susurré:
—Jason...
XXX
Punto de vista de Jason
Antes de que pudiera siquiera poner un pie en el primer escalón, vi un borrón en las escaleras. Solo tuve unos segundos para prepararme cuando Jade se precipitó a mis brazos. Por reflejo, la atrapé por la cintura. Sus brazos y piernas me envolvieron con fuerza. No me importó en lo más mínimo, enterré mi rostro en sus largos rizos bronce. Ella susurró mi nombre en mi oído y me juré a mí mismo que nunca más me iría tanto tiempo, pero escucharla decir mi nombre así hizo que valiera la pena.
—Jade, soy solo yo— dije, tratando de disimular, rezando para que no se diera cuenta de cuánto me afectaba mi nombre susurrado de esa manera.
Ella se apartó para mirarme a los ojos.
—¿Solo tú? ¡No eres solo tú!— Sus ojos frenéticos se suavizaron, y gentilmente apartó mi cabello desgreñado de mis ojos— ¿No lo sabes, Jason?
Tragué saliva ante el sonido de mi nombre saliendo de sus labios. Maldición, era solo un maldito nombre, por todos los santos.
—¿Saber qué?— me ahogué.
Ella sonrió.
—Somos mejores amigos, los mejores amigos dan una parte de sí mismos al otro. Así que cuando estás lejos, te llevas una parte de mí contigo. Nunca eres solo tú
Dios, la amaba tanto, solo deseaba que ella lo supiera.
—Lamento haberte quitado una parte de ti. Pero creo que tienes razón, siempre dejo una parte de mí contigo también
Ella me sonrió, haría cualquier cosa solo por ver esa sonrisa en su rostro, especialmente dirigida a mí. No creo que se diera cuenta de que me derretía en mis calcetines, en sentido figurado, ya que no los uso.
—¡Oh, Jason! ¡Es tan bueno tenerte en casa!— Echó sus brazos alrededor de mi cuello una vez más, pero se alejó casi de inmediato, lo que no me gustó. Metiendo un dedo en mi pecho, dijo— Si alguna vez vuelves a alejarte tanto tiempo, dejaré que mamá te arrastre de regreso, y luego... y luego...
Mis cejas se elevaron ante su tartamudeo, nunca fue buena para hacer amenazas. No pude evitar reírme, sus ojos se entrecerraron peligrosamente.
Su voz bajó unas cuantas octavas.
—Si alguna vez vuelves a alejarte tanto tiempo, dejaré que mamá te arrastre y luego me cortaré todo el pelo
Mis ojos se abrieron. Pude escuchar a Frank jadear y luego gruñir detrás de nosotros. A ninguno de los dos le gustaba la idea de que se cortara el pelo. Era hermoso y le sentaba perfectamente, no es que yo no pensaría que ella era hermosa si decidiera cortárselo. Supongo que era un hombre al que le gustaba el pelo largo de su mujer. Frank volvió a gruñir detrás de mí, pero esta vez no pensé que fuera por su amenaza.
Lo ignoré.
—No lo harías— respondí.
—Por supuesto que sí
—Jade, no hablas enserio
Sus ojos se entrecerraron aún más.
—¿De verdad quieres llamarme mentirosa, Jason Smith?
Nos miramos el uno al otro durante unos buenos treinta segundos antes de que ambos nos desmoronáramos. Echó la cabeza hacia atrás en una carcajada a todo pulmón. Solo me reí hasta que pude ver su garganta y la forma en que se estiraba en una elegante línea que me llamaba para ser besada y...
Hubo un ligero gruñido detrás de mí.
Frank.
Supongo que hoy no era el mejor día para estar cerca de él ya que había pasado cinco días sin verla. Ese fue el tiempo más largo que estuve lejos de ella desde que nació. Estaba bebiendo cada detalle, Frank tendría que superarlo.