Apreciar a su encantador chico tomar fotografías era algo que a Luther le encantaba. La forma en que sus cejas se juntaban levemente, esos gruesos labios de cereza moviéndose y torciéndose de distintas formas en su concentración e incluso la manera en que aquellos ojos verde jade se entrecerraban arrugando su nariz en el proceso al tomar una foto que no le gustaba era adorable para el hombre lobo. Por supuesto, Luther dudaba que su chico fuera consciente de aquellos tiernos gestos que realizaba, lo cual solo le volvía más adorable. Y solo porque estaba seguro de que esa no era la forma en que deseaba ser llamado, es que el lobo beta se había contenido de comentarlo. De momento, al menos. Y a pesar de que Zac parecía concentrado tomando fotografías a cada famoso que se paseaba en la pasar
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