Capítulo 45

2379 Words
Apreciar a su encantador chico tomar fotografías era algo que a Luther le encantaba. La forma en que sus cejas se juntaban levemente, esos gruesos labios de cereza moviéndose y torciéndose de distintas formas en su concentración e incluso la manera en que aquellos ojos verde jade se entrecerraban arrugando su nariz en el proceso al tomar una foto que no le gustaba era adorable para el hombre lobo. Por supuesto, Luther dudaba que su chico fuera consciente de aquellos tiernos gestos que realizaba, lo cual solo le volvía más adorable. Y solo porque estaba seguro de que esa no era la forma en que deseaba ser llamado, es que el lobo beta se había contenido de comentarlo. De momento, al menos. Y a pesar de que Zac parecía concentrado tomando fotografías a cada famoso que se paseaba en la pasarela tras la presentación de Asher para inaugurar, era bastante obvio que seguía atento de todo lo que sucedía a su alrededor, para evitar así cualquier idiota que lograba pasar al hombre lobo. Resultó ser, que Zac no fue exactamente la única persona que logró entrar con una cámara dicho evento, y mientras algunos lo hicieron de forma ilegal, otros siguieron las reglas como Zachariah. Para aquellos que lograron meter una cámara de forma ilegal, Luther había corrido la voz tan pronto como los detectó para que los sacara del evento. Lamentablemente, para aquellos que lograron obtener un permiso, al lobo beta no le quedaba de otra más que esforzarse para lograr que ninguno de esos pocos idiotas molestara a su elegido en un infantil intento de sabotearle, ya fuera intentando arruinar su cámara o interponiéndose en las fotos. Y por la tranquilidad que Zac estaba tomando todo, era bastante obvio que no era la primera ocasión que le tocaba estar con aquellos perdedores, pero eso no significaba que Luther se sentiría mejor. Si su chico los ignoraba abiertamente, ¿por qué los otros idiotas no podían hacer lo mismo? "Porque saben que Zac tiene más talento que ellos" Se respondió a sí mismo. Una auténtica sonrisa surcó en el rostro de Luther con ello, y en silencio, siguió apoyando a su chico, alejando a aquellos idiotas antes de que pudieran llegar a él. Sintiendo una presencia a su lado, el lobo beta actuó instintivamente, observando de forma amenazante, solo para encontrarse con Caden. —Ah, eres tú —se relajó. Caden alzó una ceja y le observó en una silenciosa pregunta. —Unos idiotas que Maxwell le dio permiso para que sacaran fotos han estado molestando a Zac, intentando arruinar sus fotos —explicó. —Lo hacen porque esos idiotas saben que mis fotos son muchos mejores que las de ellos —comentó Zac, sin mirarlos. —Mi mocoso quiere saber si le tomaste fotos a él —cuestionó Caden. —Sí, tengo mientras disfrutaba hablando con otros, arriba en el escenario cantando y ahora en la pasarela —anunció el humano. —Quiero una copia de ellas. Bajando su cámara, Zac le observó brevemente. —¿Qué gano con eso? —Mi empresa te está protegiendo. —Porque los contrataron para eso —le recordó y volvió a alzar su cámara. —Si no fuera por mí, no estarías aquí —argumentó Caden. —Estoy aquí porque conseguí mis propias entradas de Maxwell y debido a que logré convencer a Luther de asistir, no por ti —debatió Zac. Caden observó a su amigo, como esperando que este hiciera algo al respecto. Pero Luther negó y alzó sus manos con inocencia. —A mí no me metas en esto. —Bien, dime que quieres —gruñó Caden. —Lo de siempre, que me ayudes con Asher cuando tenga algo importante —respondió. Y como la pasarela finalmente había terminado, Zac bajó la cámara y observó directamente al lobo alfa. —¿Trato? —Hecho. —Perfecto, cuando esté en casa te enviaré una copia de todas las que tomé —prometió Zac. Asintiendo satisfecho, Caden observó al lobo beta. —¿Por qué mi empresa estuvo recibiendo mensajes de dos mujeres quejándose porque no le dejaron salir de casa? —cuestionó directamente. —Esas idiotas intentaban colarse al evento usándome —resopló Zac. —Para evitar que se expusieran al peligro innecesariamente, ya que aunque se presentaran no iban a poder entrar, les ordené que nos las dejaran salir —explicó Luther. Caden los observó a ambos en silencio y luego asintió como si estuviera satisfecho con la explicación. —Bien. Sin más palabras, el hombre se retiró dejando a ambos solos. —¿Realmente solo vino por su chico, no? —preguntó Zac. —Y lo más probable es que no lo admita —sonrió Luther. El sonido de un micrófono siendo encendido atravesó todo el lugar, consiguiendo que las personas observaran en dirección de dicho ruido molesto. Dirigiendo su atención hacia el escenario, Zac contempló con cierta curiosidad como Maxwell estaba de pie en el centro, y a su lado, su hermoso chico que se quedó vistiendo el mejor conjunto que utilizó en la pasarela. —Abre el bolso, necesito cambiar el lente —anunció observando con interés a la pareja. Tan pronto como percibió movimiento a su costado, Zac observó a Luther y cambió el lente de la cámara antes de acercarse un par de pasos al escenario. —De acuerdo, no soy exactamente muy bueno con las palabras, pero esta era una noticia que deseaba dar por mí mismo, en vez de dejar que otros la esparcieron y corrieran la voz —expresó Maxwell. A su lado, su pareja soltó una risita y abrazo su costado, apoyándolo en silencio. Observando a Rhory con una mirada enamorada, Maxwell prosiguió sin mirar a nadie más que a él, totalmente ajeno a las miradas y murmullos del público. —Hace un mes, le pedí matrimonio a este hermoso chico, y finalmente, luego de conversarlo, elegimos una fecha para realizar nuestra boda —anunció—. En cinco meses, este chico se convertirá oficialmente en Rhory Ellingwood, y uniremos nuestra vida para siempre —declaró. Y porque no podía faltar, tras dar el anuncio, la pareja lo confirmó con un apasionado beso que volvió locos a los presentes. —Necesitaré ver la forma para entrar y conseguir fotos de esa boda —comenzó Zac tranquilamente. —Tranquilo, estoy seguro de que tendremos alguna invitación —aseguró Luther. —¿Cómo puedes estar seguro? —Porque somos amigos y pronto serán los tuyos —sonrió. Zac le lanzó una mirada de reojo y luego volvió a concentrarse en tomar más fotos. —Que sean tus amigos no los convertirá mágicamente en los míos solo porque decidamos salir en algún momento —indicó. —Oh, créeme, sucederá —aseguró. Extrañado, Zac negó sin querer discutir cosas tontas. Sabía a la perfección que su personalidad no era la más agradable para todo el mundo, y desde que no estaba dispuesto a cambiar para agradar a otros, el humano encontraba difícil que se llevaría bien con los otros solo por ser cercano a Luther. —¿Qué piensas de esos dos casándose? —indagó Luther, curioso por el pensamiento de su pareja. —Qué será un gran evento qué necesitaré cubrir. —¿Y del matrimonio en sí? —No pienso en esas cosas. —¿Por qué? —Porque gracias a mis padres no tengo exactamente una buena idea sobre lo que sucede en un matrimonio —le recordó—. Razón por la cual no pienso en ello. —¿Y sí llegara una persona con la cual comenzaras a pensar en esas cosas? —¿Realmente crees que te convertirás en esa persona para mí? ¿No te estás adelantando? —¿Quién dijo que me refería a mí? —Ah, entonces estás planeando mi boda con otro hombre, comprendo —asintió Zac. Ante el completo horror y desagrado que fue reflejado en el rostro del contrario, el humano rió. —Tú comenzaste esto —le recordó. —Solo porque quería saber si era algo que te gustaría considerar a futuro —se quejó—. No pensé que podrías meter a otra persona en esto, no me gusta. —Relájate, ya te dije que no tengo intenciones de casarme. Mis padres ya me dejaron demostrado que esa clase de amor eterno no existe o que puede cambiar —le recordó. —¿Y si existiera la forma de demostrar que el amor eterno existe y que tu pareja nunca podría engañarte o traicionarte? —cuestionó Luther. —Lo consideraría —aceptó—. Aunque tampoco es necesario casarse para ser feliz. Existen parejas que viven juntas hace años y siguen tan felices como siempre —le recordó. Percibiendo como algunas personas comenzaban a retirarse, el humano observó confundido al hombre lobo. —¿Qué sucede? ¿Ya terminó todo? —Van a la sala de al lado donde se realizará una fiesta por el evento —explicó Luther, recordando los detalles de la planeación. —¿No es algo tonto? ¿Por qué no hacerlo aquí simplemente? —cuestionó Zac. —Seguridad. Y el escenario con la pasarela ocupan necesario espacio. ¿Vas a ir o ya estás listo para ir a casa? —¿Estás loco? Fiesta, alcohol y famosos siempre es una buena combinación para obtener una premisa —sonrió. Sin más, Zac siguió a la multitud con Luther siguiéndole de cerca. Tan pronto como entraron en la otra extensa sala, la diferencia de ambos lugares fue notable. Las luces cambiaron a un tono más bajo, pero que seguía siendo lo suficientemente visible para que Zac pudiera tomar fotos con su cámara. Por un costado, había cómodos sofás para tomar asiento y hablar, mientras que en el otro una larga barra siendo atendida por cinco barban. Y porque no podía faltar, por supuesto que también se encontraban empleados caminando por la sala ofreciendo de beber o retirando los vasos y copas vacías. Cuando un guardia se les cruzó en su camino, ambos lo observaron. —Lo siento, pero cualquier tipo de cámara está prohibido en esta sección por la privacidad e integridad de las personas en el interior —explicó señalando la cámara de Zac—. Necesito que me entregue su cámara. —Tengo un permiso para tomar fotos. —Durante el evento —asintió—. Pero no funciona para esta parte. Ni usted ni nadie. Si desea permanecer en la fiesta, debe de entregarla, o de lo contrario pediré que se retire, al igual que otros —explicó. Soltando un resoplido, Zac se quitó la cinta de su cuello y desarmó su cámara. Quitándole la memoria solo por seguridad, finalmente la guardó en su estuche y se la entregó al guardia junto a su permiso para tomar fotos. —Perfecto, a la salida se la estaremos entregando —prometió y se retiró para abordar su otro. Lamentablemente, el otro tipo no fue tan comprensivo como Zac y al final tuvieron que sacarlo a la fuerza. —Pensé que querrías irte si ya no podías tomar más fotos —comentó Luther. —¿Y volver pronto a esa casa en donde están esos idiotas? —negó—. No gracias, especialmente cuando sé que Sloane y Anika deben de estar esperando para molestarme por no traerlas conmigo. Solo me gustaría haber traído un cambio de ropa a algo más cómodo. —Puedo conseguirte algo —aseguró Luther. —Difícilmente creo que consigas algo de lo que usualmente uso considerando el tipo de personas que hay en este lugar en este instante. Y Luther no pudo argumentar algo con ello. —¡Aquí estaban! Y yo que pensaba que se habían escapado —exclamó una conocida voz alegre. Deteniéndose junto a ellos, Asher empujó en sus manos un vaso con dudoso líquido que Zac estudió sin darle ni siquiera una probada. —Relájate, no le puse ninguna droga para vengarme de todas las veces que me acosaste para tomarme fotos —dijo el cantante calmadamente—. Solo quería darte la bienvenida a nuestro grupo con Rhory. Te hubiese presentado a Maison, pero ni a él ni a Theron les gusta esta clase de lugares —bufó. —Puedes preguntar libremente si necesitas un consejo, daré lo mejor de mí para explicarte —expresó Rhory con una sonrisa dulcemente entusiasta. —Dulce —respondió Zac y bebió un sorbo—. Uhm... ¿Sabe Caden que estás tomando un trago fuerte? —¿No es cerveza sin alcohol? —exclamó Rhory, observando su vaso con grandes ojos. Asher estalló en una carcajada ante su travesura y bebió alegremente de su vaso. —Caden te va a castigar —aseguró Luther. —¿Quién dijo que no es lo que estoy buscando? —respondió sonriente. —¿Y luego te preguntas por qué me gusta seguirte para tomarte fotos? —preguntó Zac, bebiendo otro sorbo. —Eh... Yo prefiero no beber esto, no soy muy bueno tolerando el alcohol —expresó Rhory. —Dame, te conseguiré otra cosa —prometió Luther y observó a su chico—. Tú no te mueves de aquí, ¿bien? —Ni que fueras a ir tan lejos —resopló Zac, pero asintió. —Así que... ¿Estás dispuesto a divertirte como uno de nosotros esta noche? —preguntó Asher, moviendo sus cejas. —No lo sé, ¿estás seguro de que podrás soportar mi ritmo? —preguntó. —Eh... Siento que me terminaré metiendo en problemas si me quedo aquí —pronunció Rhory, observando entre ambos. —Mi querido amigo, esta fiesta es para celebrar tu compromiso —le recordó Asher, rodeando los hombros de Rhory—. Tienes que relajarte un poquito y para ello beber es una buena opción. Aquellos ojos de distintos colores se posaron en Zac, como si le estuviera preguntando si era verdad. Y por alguna razón, Zachariah pudo responderle sarcásticamente como haría con otros. —No siempre hay que beber para celebrar, pero admito que es una buena opción si eres demasiado tímido o retraído —comentó y bebió otro trago de su vaso. Realmente, no tenía idea de lo que Asher le había dado, pero de que estaba bueno, lo estaba.

Read on the App

Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD