"Proteger. Proteger. Proteger" Aquellas eran las únicas palabras que repetía el lobo de Luther en su mente de forma insistente. Manteniendo su cuerpo encima del de su pareja, el hombre lobo lo mantenía atrapado contra el suelo y le protegía en lo que esos disparos seguían llegando, cada vez acercándose peligrosamente a ellos. Cosa, que no podía seguir así. —Necesitamos entrar al departamento —anunció. Con grandes ojos llenos de sorpresa, Zac le observó y asintió un tanto aturdido. —Escucha, cuando los disparen cesen me levantaré y responderé. En eso, aprovecharás de ir hacia la puerta y abrirla —instruyó. —No te dejaré aquí solo cuando estamos siendo atacados tan abiertamente. Es obvio que ya no les interesan que los vean o no —gruñó Zac. —Te seguiré de cerca, pero necesito que me e