Para el momento en que Zac abrió sus ojos, fue bastante evidente que se había quedado dormido, a juzgar como su cabeza no estaba intentando matarle como antes. Sí, el dolor persistía, pero la intensidad no era igual. Alzando sus manos, restregó ambos ojos y luego parpadeó un par de veces hasta que su vista mejoró. Ahora que la jaqueca no era tan fuerte y su estómago no estaba intentando derramar hasta sus entrañas, Zac pudo tomarse un tiempo y observar a más detalle su habitación, lo cual le sorprendió, ya que todo estaba completamente ordenado como si nunca hubieran entrado. Confuso, el humano se incorporó lentamente y observó a más detalle. Pero tenía razón, cada objeto estaba en su lugar como si nunca lo hubieran movido de este. —Despertaste. Alzando la mirada, Zac contempló a Luthe