En ese momento, la realidad de su situación lo golpeó con toda su fuerza. Estaba solo, sin ayuda, sin esperanza. Y aunque sabía que Mabel tenía razones para no estar allí, el dolor de su ausencia era casi insoportable. —Debo ser fuerte —se dijo a sí mismo, intentando encontrar algún resquicio de esperanza en medio de la oscuridad—. Debo encontrar la manera de salir de esto. —Apretó los puños—. Aldo Montemar no te saldrás con la tuya. Pero por ahora, la soledad y la tristeza eran sus únicos compañeros en esa fría celda, y Thomas Moore se sentía más perdido y desolado que nunca. Tommy dejó que los recuerdos lo envolvieran en una neblina de nostalgia. Cerró los ojos y permitió que su mente lo llevara seis años atrás, a un momento que había cambiado su vida para siempre. (***) Habían pas