Daphne había regresado a la habitación portando solo una toalla, pues se había metido al baño añorando tanto una ducha que olvidó llevar consigo su ropa, observó el espectacular cuerpo de William, detalló cada músculo marcado desde sus omoplatos y bajó por toda su espalda ancha hasta detener la mirada en su redondeado trasero, sabía que no debía verlo, pero no se apartó y por el contrario dejó caer su toalla. William escuchó el sonido de la tela blanca cayendo al suelo y se giró de inmediato hacia ella, quedó paralizado al encontrarse con una Daphne semidesnuda, ya que ahora solo estaba cubierta con un sujet*dor rosa y unas bragas a juego. En este momento la notaba aún más sensual que en otras ocasiones, su cuerpo estaba ligeramente perlado por unas gotas que escurrían desde su cabello.