Hace cinco años…
- Eres una persona muy odiosa... - el susurro de su voz es un eco en mi mente mientras reflexiono lo que ha sido de mi vida a su lado hasta el día de hoy
- Chocolate por la noticia – bufo antes de darme la vuelta y marchame de la habitación
Si, es cierto, soy una persona muy odiosa, tengo un carácter de mierda, soy explosiva, tóxica, como mierda quieran ponerlo, pero, ¿Quién no lo es cuando lo atacan una y otra vez?
Mis verdaderas amigas, que son solo dos, siempre me han dicho que soy la tierna, la dulce, la positiva, la risueña, ¿Por qué ellas tienen esa opinión tan diferente de mí? Simple, porque han sido las únicas dos personas en todo el universo que han sido constantes en mi vida y, sobre todo, leales, entonces con ellas soy quien realmente soy y quiero ser siempre, una mujer divertida, cariñosa, risueña, pero a veces gruñona, nostálgica y hasta melancólica, pero nunca odiosa, jamás de los jamases.
Ellas son las hermanas que la vida me dio para corregir la cagada que se mandó al haberme puesto en la familia de sangre que me puso. Si, así de mala es mi vida.
- Nunca vas a ser feliz sin mí, sólo sirves para estar sola, nadie te aguantará tu genio más que yo – arremete el imbécil siguiéndome por el pasillo con su ropa metida en bolsas de basura.
El cree que es quien me está dejando en un intento patético de parecer el "hombre de la relación", que iluso, hace días, semanas, joder, meses, que esto terminó para mí y él ni siquiera se ha dado cuenta.
- Como si tu fueras mejor – no logró contener mi respuesta
Ya no. Hace muchos años fui la niñita perfecta, callada, educada, inocente... hasta que mi mundo fue cuesta abajo y me tocó verlo con ojos de adulta, madurar a golpes, defenderme a mí misma, porque de no haber sido así, estuviera más rota de lo que estoy ahora.
- Crees que me haces daño diciéndome cosas que ya sé, pero te equivocas, quien no sirve para vivir con alguien y comprometerse de verdad eres tú, no eres más que un hombre con complejo de Peter Pan, un autómata que sólo ve la vida como si la viviera en un puto videojuego, adivina que, la vida es mucho más y cuando te des cuenta de eso, va a ser demasiado tarde, porque serás un viejo, solo, sin nada más que su estupidez para hacerle compañía de verdad, echando polvos al azar pero nunca sintiéndose satisfecho ni completo, lleno de vicios que supuestamente no lo son, oh cariño, si, son vicios, los vicios más estúpidos de la vida, eres el digno hijo de su padre alcohólico y abandónico y de su mamita ignorante y retrograda –
El solo me mira con la boca abierta, indignado, la razón, en seis años juntos, jamás, insulté directamente a sus padres, jamás, a pesar que muchas veces lo merecieron, jamás lo hice, callé y aguanté demasiado por sostener nuestra relación, nuestra mentira, pero eso llega a su fin hoy.
- Eres libre de irte, pero te prometo una cosa, te vas ahora y jamás vas a volver, no te quiero cerca de mí, lárgate y no vuelvas -
Su cara es un poema al escuchar mis palabras, ¿creía acaso que le iba a rogar que se quedara? ¡Dios!
Me retiro al baño para darle el espacio que necesita para largarse de una buena vez, cansada de esta vida de mierda que hemos tenido por culpa de su ineptitud, cansada de luchar día a día por un hombre que definitivamente no vale la pena, un hombre que con la boca dice mucho pero sus acciones son contrarias y muy decepcionantes, tarde me di cuenta que lo que decían de él era verdad, pero me dejé cegar por la estúpida idea del amor y la obsesión que tenía por él, ahora solo siento lastima por la tonta niña que se enamoró y creyó encontrar alguien que la complementara y desperdició tanto tiempo de su vida, detrás de un montón de mentiras que estoy tan harta y tan cansada de sostener.
Ya es tiempo de reventar la burbuja y dejarme llevar a buen puerto por mi pobre y maltrecho corazón que por fin empieza a escuchar a su amienemiga, la razón.
Escuché la puerta de entrada cerrarse de un golpe, respiré y conté hasta diez, salí del baño y voy a la sala, es cuando me doy cuenta que el muy desgraciado se llevó el televisor y mi computadora portátil, maldito ladrón. El timbre suena, ¿el descarado volvió por más?
- ¿Olvidaste robar algo más? – dije al abrir la puerta y quedé pasmada de la impresión
- Mi niña bella –
- Tata –
Las lágrimas llenaron mis ojos y volví a ser esa niña de cinco años que amaba quedarse los fines de semana en la casa de campo con su tía adorada, mi Tata, corrí a sus brazos y lloré, lloré hasta casi quedar sin aliento
- Por fin te encontré mi amor – dijo acariciando mi cabello – nadie volverá a separarnos