2: ENCUENTROS

2429 Words
LAILA - Hola tía hermosa, ¿Cómo va todo en el cielo? Mira, te cumplí y aquí te traigo mis diplomas, hoy por fin me gradué – Las lágrimas llenaban mis ojos y la tristeza mi corazón, hacía un mes la única persona de mi familia que había sido mi todo en la vida había fallecido sin poder verme conseguir todo por lo que tanto habíamos luchado. Guardé nuevamente mis documentos en el tubo de cartón y suspiré mirando al cielo. - Ahora estarás cuidándome y haciéndome compañía con mis angelitos desde el cielo, ellos te van a consentir por mi – mi voz se quebró y no pude evitar llorar Perdí a las personas que me importaban cuando era una niña, había perdido un bebé, una princesa había llegado al cielo hace poco más de un año y ahora, la mujer que significó tanto para mí, por la única que aún llevaba mi apellido. Mi celular sonó sacándome de mis tristes recuerdos. - Hola Loren – saludé a una de mis mejores amigas - ¡Lali! El vuelo se canceló, las tormentas no cesan, ¡es un maldito caos meteorológico aquí! – - Tranquila Loren, cálmate – - Perdimos el vuelo, no alcanzamos a ir a tu graduación, apenas y conseguimos algo de carga para los celulares, espérate perra – pásamela yo también quiero hablar con ella - Lali, la idiota de mi hermana te va a hablar No pude evitar reírme, Loren y Luisa, las mellizas Arévalo, mis mejores amigas, mis hermanas de la vida y también mis dos granos en el culo favoritos - Lali cariño, ¿Cómo estás? - - Bien Luisa – - No me mientas suena a que estabas llorando - ¿Qué, por qué? ¿Qué le pasó? - Estoy bien, dile a Loren que estoy bien, estoy en el cementerio, solo me puse nostálgica – - Oh cariño – - Me hace demasiada falta – - No sabemos a qué hora van a poder restablecer las rutas de vuelo, pero apenas podamos estaremos contigo y nos desquitaremos festejando por varios días, lo prometemos – lo último lo dijeron juntas - Gracias chicas, cuídense y dejen en paz a las pobres auxiliares, contra la naturaleza nadie puede, aquí las espero – - ¡Te amamos! – otro coro - Y yo a ustedes – Termine la llamada con una sonrisa, ese par siempre me hacían sentir bien - Te amo tía y te amaré siempre – dije dándole una última mirada a la lápida Agarré el tubo y guardé mi celular en mi bolso de mano y me levanté para irme a mi apartamento, quería darme una ducha y sentarme a comer helado y ver películas de humor para no deprimirme más mientras llegaban mis mellizas, iba tan ensimismada en mis pensamientos que no me fije y pisé unos pétalos de flores húmedos y caí sentada en el suelo, una punzada de dolor me recorrió desde el trasero por toda la espalda haciéndome jadear y apretar los ojos con fuerza, mierda como duele - ¿Estás bien? – un barítono sonó bastante cerca - No – dije tratando de enfocar mi visión - Déjame ayudarte – Sentí unos brazos fuertes tomar mi brazo y colocarlo en su cuello y luego rodearme la cintura para ayudarme a levantar, un rico aroma amaderado muy masculino inundó mis fosas nasales, con curiosidad abrí los ojos y encontré a un adonis de ojos azules y cabello castaño que me veía con absoluta atención y preocupación. - ¿Te duele algo? – - El trasero – dije mirándome por encima del hombro dándome cuenta que el siguió mi mirada - Es un buen trasero – - Ay no, dime que solo lo pensé – - Creo que aún no soy lector de mentes – respondió él con una pequeña sonrisa - Claro, no era suficiente con la vergüenza de la caída – Su sonrisa se amplió más y por Dios, yo también sonreí - Gracias por tu ayuda, soy Laila – - Oliver – Por primera vez me detuve a ver bien a mi caballero de brillante armadura y no estaba nada mal, alto, fornido, no llevaba barba sobre la mandíbula más varonil que había visto en mucho tiempo, nariz recta, ojos azules con una veta verde enmarcados en dos cejas gruesas y pestañas largas, cabello castaño claro, corte clásico, pero definitivamente estaba vestido demasiado formal para un cementerio - ¿No es muy elegante un Frac para visitar el cementerio? – - ¿No es muy elegante un vestido de pedrería para visitar el cementerio? – me rebatió conservando la pequeña sonrisa que me había dado antes, pero con un deje de tristeza que no pude pasar desapercibida - Touché, lindo y divertido - - ¿Lindo? – repitió levantándome una ceja - Oh vamos, como si no tuvieras espejo en tu casa – Su sonrisa se amplió y esta vez sí llegó a sus hermosos ojos - Gracias, es un placer devolver el cumplido – - Claro, con el maquillaje y el cabello arruinado y el vestido todo mojado justo en mi trasero, estoy lista para el Miss Universo – intenté dar un paso para levantar mi tubo y bolso y mi pie cedió haciéndome trastabillar, menos mal Oliver me sujetó de la cintura, mierda – adiciona un tacón roto - Hay una banca de este lado, déjame recoger esto y ayudarte a llegar hasta allá – Oliver recogió mis cosas, me las entregó y sin previo aviso me cargó en sus brazos y me llevó hasta la banca que había mencionado, me sentó y se arrodillo frente a mí y tomó mi pie en una mano y mi pantorrilla en la otra, un delicioso escalofrío recorrió desde mi pierna hasta mi espina dorsal aliviando el dolor en ella pero dándome otro tipo de dolor en un lugar poco conveniente para la ocasión, mi cara empezó a arder cuando el me quito el zapato, lo revisó y luego le dio un golpe certero contra la banca, ajustando el tacón - Menos mal no estaba roto – dijo colocándome de nuevo el zapato – Listo, ajuste perfecto - Wao, ese si es un gran talento, gracias – - Siempre es un placer ayudar a una damisela en apuros – contesto tomando asiento a mi lado y sonriendo, oh Dios, esa sonrisa de nuevo - Bueno, ya que tus deberes de zapatero real fueron cumplidos a cabalidad, ahora si me contarás a qué debemos el atuendo de príncipe encantador – Su sonrisa vaciló un poco y dio una gran respiración echando su cabeza hacia atrás - Vengo de mi boda – dijo suspirando viendo hacia el cielo - ¿Cómo dijiste? – No, cosita no - Lo que oíste listilla – regreso su mirada a mi – hace unos momentos estaba en el altar a punto de casarme y descubrí que mi prometida se había acostado con mi hermano menor - Y yo aquí quejándome de mi familia – ironice ganándome una media sonrisa de su parte - ¿quieres hablar de eso? - Pasó hace unas semanas en una despedida de soltero a la que asistió en Las Vegas, él se dio cuenta de quién era al día siguiente, dijo que quería decirme, pero ella lo convenció de que dejará que ella lo hiciera y confió en que lo haría – - Pero no te lo dijo – adivine - No, no me lo dijo, además le hizo creer a mi hermano que sí, hasta que la escucho hablar con alguien por teléfono y fue cuando mi hermano decidió interrumpir la boda en el último momento – - ¿Y estas aquí enterrando sus cadáveres? – dije mirando a su alrededor -aunque te ves impecable, ¿necesitas ayuda en la misión? Oliver me miró fijamente por un segundo y después estalló en carcajadas que también me hicieron reír hasta que me dolían las mejillas - Lo siento, no llegue a tiempo a la repartición de filtro – - No te preocupes, estoy acostumbrado – - Bueno, tú me salvaste, yo te hago reír, estamos a mano, pero en serio ¿Qué hiciste con ellos? – - Por supuesto no me casé – - Por supuesto – - A mi hermano le dije que no quería verlo ni hablar con él, en este momento no pienso en otra cosa que en partirle la cara al muy imbécil – lo último lo dijo alzando un puño apretado y mostrándomelo - Woo Rocky Balboa calma – dije tomando su puño en mis manos – como lo veo tu hermano no tuvo la intención de lastimarte, es más, gracias a Dios no te dejo casarte con esa tipa, no la conozco y ya me cae fatal – el soltó el puño y sostuvo mi mano – pienso que deberías dejar pasar unos días, a que todo el enojo pase y luego hablar con tu hermano, arreglar las cosas entre ustedes, hablas enojado pero tus ojos me dicen que adoras a tu hermano y eso es lo que realmente te duele, no que ella se acostara justamente con él, sino que lo manipulara para que él no te dijera nada, aunque algo me dice que no te sorprende el acto en sí - Eres muy intuitiva Laila, sí, sospechaba algo – mi nombre en sus labios me hizo sentir una calidez en el corazón y un poco de amargura - Y aun así te ibas a casar con ella – - Ya le había dado mi palabra, todos los preparativos listos… – - No, cállate – le interrumpí - que pusilánime – sus dedos apretaron los míos – ups, lo siento, sin filtro ¿recuerdas? - No lo he olvidado, pero si, tienes razón nuevamente, fui un idiota pusilánime en toda regla – - ¡Oliver! – El grito femenino que escuchamos nos hizo soltar nuestras manos, una mujer alta, rubia, hermosa, con un vestido rosa pastel ceñido a una perfecta figura de reloj de arena con una abertura en una pierna dejando ver una torneada y esbelta pierna se acercó a nosotros, detrás de ella un hombre también rubio, alto como Oliver, con ojos verdes claros y sonrisa de dientes blancos que nos miraba y sonreía con picardía. - Maggie, ¿Todo bien? – preguntó Oliver levantándose y encontrándola a medio camino - Sip, la perra fue despachada con gran placer – dijo con una sonrisa que me dio escalofríos, definitivamente jamás querría a esta mujer de enemiga - Gracias hermana – dijo Oliver abrazándola - Hola, soy Luke – se presentó el hombre que venía con la hermana de Oliver – y la fierecilla aquí presente es Magnolia, mi esposa - ¡Oye! – protesto ella ensanchando su sonrisa – Un gusto conocerte, Magnolia Thompson - Laila Viloria – - ¿Viloria? ¿Cómo los Viloria de Industrias V.com? – preguntó Luke - Desafortunadamente – murmuré tratando de no parecer tan incómoda como me sentía por la referencia hecha - Escuché que estaban en quiebra – - ¡Magnolia! – rugieron ambos hombres mirándola con el ceño fruncido y ella sólo se encogió de hombros sin una pizca de vergüenza - Oh, ahora entiendo porque estas acostumbrado a la falta de filtro – dije sonriendo viendo a un Oliver muy mortificado – Y sí Magnolia, lo están, supongo que el Karma es una perra que no olvida las direcciones de sus deudores - Donde estuviste toda mi vida y porque te vengo a conocer en un cementerio, ¿sabes cuán difícil es conseguir a alguien que no se incomode por mi extrema honestidad? – dijo Magnolia sentándose a mi lado – ¿qué hacían aquí los dos solitos y de las manos eh? - Planeando un asesinato con Rocky Balboa – dije señalando a Oliver con el pulgar – pero al parecer te nos adelantaste - Oh que pena, pero no, aunque hubiera sido divertido, soy médica y el juramento hipocrático me impide asesinar, además de que es delito y soy muy sexy para la cárcel – - Demasiado sexy – dijo su esposo alzándola por la cintura y sentándose con ella en su regazo - Tu hermano me rescató cuando caí y arruiné mi tacón y aquí estábamos, charlando amenamente - - ¿Te lastimaste? – - Sólo mi orgullo y un poco el trasero – Magnolia se levantó del regazo de su marido y me rodeo apreciando mi trasero sin ningún reparo - Es un buen trasero así que debió amortiguar algo la caída – escuche a Oliver y a Luke tratar de disimular sus risas con tos – ignóralos, de todas formas, cuando puedas toma algún analgésico, ¿alérgica a algo? - Paracetamol – - Igual que Oliver – dijo sonriendo como el gato Cheshire, buscando algo en su bolso de mano que estaba colgando en su muñeca - toma, Dipirona, es seguro para tu alergia, toma una cada ocho horas - Gracias Doc. - tome el blíster con cuatro pastillas que me dio y las guarde en mi bolso - ¿Graduación? – preguntó señalando el tubo que tenía junto a mí, asentí levemente alzando el tubo – oh genial, ¡felicitaciones! - Gracias – - Espera un momento, ¿Qué hace en un cementerio hoy? ¿No debería estar celebrando tu graduación? ¿De qué se gradúa? – cómicamente todas las preguntas se las estaba haciendo a su hermano quien me veía entre divertido y algo… ¿avergonzado? - No sé, no sé y no sé, apenas nos estábamos conociendo cuando ustedes llegaron – - Maggie dales un respiro – dijo Luke palmeándose el regazo - ¿Qué? Solo soy curiosa – volvió a las piernas de su marido y me miró sonriendo – mismas preguntas - Ok, primera, vine a presumir mi triunfo con la persona que lo hizo posible pero desafortunadamente no lo pudo ver en vida – los ojos de Magnolia se suavizaron en comprensión y me dio un pequeño asentimiento – segunda, debería estar celebrando, pero mis dos mejores amigas autoproclamadas las encargadas de la diversión están varadas en el aeropuerto de Las Bahamas debido al mal clima y tercero – dije sacando mis certificados - oficialmente soy Ingeniera de Sistemas con Especialización en Desarrollo de Software y Seguridad Informática – sonreí al ver la cara de asombro de los tres - Algo me dice que tú serás más perra que el Karma – dijo Magnolia mirando mis títulos - No tienes idea – mi turno para la sonrisa Cheshire
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