POV Mike Phill Su expresión corporal me da placer. Sus ojos llenos de asombro, que intenta disimular bastante, me fascinan. Y no porque me llamen la atención, para nada, sino porque mi declaración creó en ella, las reacciones que yo esperaba. Asombro, incredulidad, confusión y hasta vergüenza. Desde que la conocí, se comportó como una total santurrona, perfecta, clasista y moderada. Me juzgó desde el momento que tomé su mano en el club. Cuando le bailé y ella tenía esa mirada de menosprecio. Cuando la llamé puritana y se enardeció haciéndome sentir menos. Ay, pero que mal parada quedó, cuando con unas simples caricias, la hice acabar. Hasta a mí me sorprendió, porque fue algo simple. La señorita “soy una profesional” empapó mi abdomen de sus fluidos vaginales en un dos por tres. Eso m