| Pequeña pecadora |

2155 Words
Pestañeo, girándome para encararlo, observando los ojos oscuros de Axel Cross, mismos que me provocan un suspiro. Poso mi mano en su pecho, sintiendo lo caliente en mi palma. Él, espera una respuesta de mi parte y parece disfrutar el tenerme acorralada. ─Vine a conocer los padres de mi novio ─recalco, sin mentir ni un poco. Axel, sonríe sardónicamente, remojándose los labios. ─Por eso mismo te pregunto: Qué carajos quieres con mi hijo ¿Su dinero? Porque si te recuerdo el del dinero soy yo ─inquiere, fríamente, colocando sus manos en la pared detrás de mí, para empujar mi espalda a ella. Tomo una bocanada de aire, sin dejar de encararle. «He tratado con hombres peores que él» pienso. ─Realmente amo a Ciro, quieras creerlo o no ─espeto, apretando mis manos en puños. ─¿Acaso él sabe tu sucio secretito? Que eres una dama de lujuria…─Él, se inclina, acercando sus labios a los míos, su aliento caliente palpa mis labios, erizándome la piel «¿Es capaz hacer esto?, ¿quién es este hombre?» me cuestiono. Termina riendo en mi cara, calentándome las mejillas─. ¿Cuánto cobras para que te follen? ─Suelta, de repente, abro los ojos sorprendida por su pregunta, cosa que me enerva. ─¿Tienes caja fuerte? ─Pregunto, retándole. Axel, alza una ceja sugestiva─. Porque ni eso te alcanzaría para poder pagarme y follarme ─gruño, sonriéndole. Él, parece tomar mal mi comentario, toma una bocanada de aire, expandiendo sus fosas nasales, su pecho se infla, pareciendo más grande de lo que es. ─Aléjate de mi hijo ─gruñe, finalmente, con ganas de asesinarme. Paso saliva, por la tensión que se forma en mi cuerpo. ─Tendrás que aguantarte viéndome hacerle feliz…porque pienso convertirlo en el hombre de mi vida, mi esposo ─manifiesto, olisqueando el perfume embriagador de Axel, que prende mis hormonas al máximo. Gruñe, y exasperado, súbitamente, empuja sus labios colisionándolos vehementes en los míos. Es brusco, lujurioso, dominante e imponente al besarme. Mis labios reciben los suyos y siento cómo mi coño se aprieta excitado, mientras mis latidos se encienden, provocando que mi respiración se vuelva en jadeos. Él, posa sus manos en mi trasero, apretándolo con fiereza, sin dejar de besarme con desespero. «¿Qué está sucediendo? ¡Es el papá de Ciro!» pienso, alarmada, pero…algo me controla, nunca me había ocurrido, no con esta intensidad. Levanta mi vestido, tocando mi piel, y buscando mi coño, aparta la tela de mi ropa interior desde atrás, tanteando lo húmeda que me encuentro. ─Maldición ─gruñe, en mis labios, al sentirme─. Estás tan mojada, pequeña ─agrega, tomando mis labios nuevamente. Comienzo a sudar frío, cuando él, me estimula y mis piernas quieren temblar. ─¡Eva! ─Escucho que llama de repente, Ciro. Me alarmo, intentando empujar a Axel, lejos de mí, pero, no me lo permite. ─Que nos vea, le encantará saber cómo te mojas por mí ─refunfuña en mis labios, lamiéndolos, mientras me sujeta con fuerza. ─Vete a…la mierda ─gruño, mordiéndole el labio inferior. Él, se aleja, furioso, encarándome con sus ojos oscuros. Noto la sangre brillar en su labio, mientras mis nervios están de punta. Corro, hacia el pasillo, acomodándome el vestido y tratando de calmar lo que Axel alborotó, pero mis hormonas me están suplicando que me entregue a él. Detengo mis pies de golpe, al encontrarme con Ciro. ─Cariño, ¿estás bien? ─Pregunta, acercándose a mí, y acaricia mi cabello─. Estás hirviendo y tienes las mejillas rosadas, igual que los labios…tienes fiebre ¿Te sientes bien? ─agrega, preocupado «Fiebre Axel, si eso existiera» pienso, irónicamente. Le doy una sonrisa forzada, asintiendo. ─Estoy bien, es que…no podía abrir la puerta del baño, me dio un ataque de pánico, pero, solo fue eso ─miento, tomando su mano─. Estoy hambrienta, no hagamos esperar a tu familia ─agrego, cambiando de tema, él, besa mi frente con ternura, llevándome a la mesa enorme donde se encuentra Monique y Cara, esperándonos en sus asientos. ─Madre, hay que revisar la cerradura del baño ─anuncia, Ciro, arrimándome la silla, para sentarme. Coloco la servilleta en mi regazo, dejando salir un suspiro, para mirar a Ciro a mi lado. «Me siento la peor persona» ─¿Sucedió algo? ─Inquiere, Monique, mirándome detalladamente. ─Se trabó y Eva quedó atrapada ─responde, Ciro, acariciándome los nudillos. Aún tengo los latidos acelerados. Paso saliva, recibiendo los ojos de Monique. De repente, aparece Axel, entrando al lugar, llenándolo con su presencia y solo puedo recordar lo que sucedió en el pasillo. Él, se coloca en la cabecera de la mesa, justo a mi lado. «No podría tener peor suerte» pienso. ─Oh, cariño, ¿qué te sucedió en el labio? ─Cuestiona, de repente Monique y quiero que me trague la tierra. Axel, aclara su garganta. ─Me golpeé con la puerta del jardín ─responde, finalmente, suelto un suspiro disimulado por eso─. Nada de importancia ─agrega, Axel, ante la mirada de todos. El personal de cocina, posa la comida en la mesa, sirviendo cada plato a la perfección. Se ve delicioso todo, como si un chef con tres michelines, hubiera hecho todo esto. ─Ocurre algo raro con las puertas ─menciona sonriente, Cara, tomando un bocado de comida. Esbozo una sonrisa nerviosa y comenzamos a comer. Axel, prueba la comida, limpiándose las comisuras y lanzando la servilleta de tela en la mesa, llamando la atención de todos, ya que, coloca la mirada en su hijo…«No, por favor» suplico en mi interior. ─Ciro, ¿qué piensas hacer con esta chica? ¿la utilizarás como todas las anteriores? Porque me parece una falta de respeto que me estén jodiendo para esto ─espeta, Axel, llamando la atención de Ciro, quien se nota tenso por la pregunta de su padre. Aprieto mis manos contra mis rodillas, aguantándome las ganas de mandar a todos al demonio. «Si lo hago, no conseguiré lo que deseo» pienso. Ciro, golpea su puño contra la mesa, sobresaltándonos, le observo, y sus ojos están llenos de furia. ─Eva no es como las demás chicas, si la están conociendo es porque voy enserio con ella, es la mujer que siempre soñé ─responde, tomando mi mano, me hace suspirar con sus palabras. Pero, la risa sardónica de Axel, nos hace mirarle. ─¿Te casarás con ella, si acaso la conoces bien? ¿Cada uno de sus secretos? ─Cuestiona, y mi corazón comienza a palpitar con fuerza, mis mejillas arden al igual que mis ojos de la impotencia. «Está disfrutando de esto» pienso, con sus ojos oscuros e imponentes en mí. ─¿A qué viene todo esto, Axel? ─Pregunta, Monique. ─No pienso arriesgar mi dinero con una cualquiera, y mi hijo tiene que ser inteligente al casarse con una buena chica, de todas maneras, tendrá que firmar un prenupcial ─gruñe, Axel. Ciro, aprieta mi mano. ─Me conoces a mí, no soy un imbécil, y yo sí me casaré por amor ─recalca, Ciro, llevándome a mirarle con sorpresa. Pestañeo, anonadada, ya que, él, me da una dulce sonrisa─. Sí, te amo, Eva, y pienso ser el hombre de tu vida ─agrega, abro los ojos con sobresalto. Me inclino, recibiendo un beso en mis labios, mismo que me hace suspirar. Inesperadamente, cae una copa al suelo, provocando que nos apartemos. Giro mi rostro, percatándome de que ha sido Axel, quien la lanzó a propósito. ─Lo siento, los actos de romance me provocan repulsión ─menciona. ─Papá, no seas tan duro con Ciro y Eva, ella es buena ─comenta, Cara, apareciendo en la conversación. ─Hijo, creo que te estás apresurando al pensar casarte con ella ─murmura, Monique entre dientes, observándome. ─Primera vez, estoy de acuerdo con tu madre, no te embeleses por el borrego sin antes ver la calidad de su cuero ─espeta, Axel, y siento su mano debajo de la mesa, acariciando mi rodilla. Me tenso ya que mi centro sigue alterado por lo que sucedió en el pasillo hace nada. ─Si puedo decir algo, es que no le romperé el corazón a Ciro, lo amo con intensidad y seré la mujer que él siempre deseó, puedo darles mi palabra. No soy una chica tonta, que busca dinero, estoy estudiando para ser la mejor, y lo seré, ganaré mi propio dinero…no pueden juzgar al borrego, si para ver su cuero tienen que matarlo ─comento, clavando mi mirada en Axel, quien se nota alterado por mis palabras. Poso mi mano encima de sus nudillos, quitando su mano de encima de mi pierna. «Realmente ninguno sabe mis verdaderas intenciones» Limpio mis comisuras, y Cara, se levanta de la mesa. ─No permitiré que sigas atacándola, papá. Ciro tiene derecho a amar, y como te dijo, ama a Eva…si vas a estar presente en nuestras vidas, no seas tan duro, somos tus hijos, no mi madre ─comenta, sorprendiéndome, ella, me guiña un ojo─. Tengo una cita, así que, para mí bastó por hoy ─agrega, camina hacia su papá, dándole un beso en la mejilla─. Deja de ser tan gruñón y no odies a Eva. Axel, arruga su cejo, pareciendo más tenso de lo normal. Monique, suspira, levantándose. ─Eres mi hija, actúa como tal ─espeta, encarando a Cara, quien le rueda los ojos, desapareciendo de nuestro panorama. Monique, se suaviza las sienes─. Me produce dolor de cabeza esa escuincla ─murmura entre dientes, la mujer elegante. ─Cara te trata como mereces ─gruñe, Axel, levantándose de la mesa. «Esta comida terminó mal» pienso. ─No te atrevas a insultar a mi madre delante de mí, no te lo permito ─advierte, Ciro, levantándose también de su silla. Axel, sonríe, dejando salir un resoplido como si no le importara. Pasa su mira en mí, y termina desapareciendo de nuestras vistas. Monique, suspira, siguiéndole. ─Yo…lo lamento ─murmuro, apenada hacia Ciro, pensando que todo ha sido un fiasco por mi culpa. Él, me toma las manos, negando con la cabeza. ─Nada ha sido por ti, mi familia es…difícil, y disfuncional, creo que terminó mejor de lo que esperaba ─dice, con inocencia dándome una sonrisa. «Es tan perfecto e inocente» pienso, besando sus labios. ─Sácame de aquí ─pido, él, toma una bocanada de aire, mordiéndose el labio. Mientras caminamos fuera de la casa, detengo mis pasos viendo de soslayo cómo Axel se sube en su lujoso auto, él, clava los ojos en mí, desapareciendo en el interior de su deportivo, provocando el rugir del motor y los neumáticos por la velocidad en que desaparece de nuestras vistas. «No puedo permitir que él arruine lo que he logrado» pienso, recibiendo una sonrisa hipócrita de Monique quien se despide de su hijo adorado «presiento que ella, será un dolor en el trasero» Me introduzco en el auto de Ciro, aún con mis emociones alteradas junto a mis pensamientos, no puedo entender lo que ha ocurrido en esa casa…Los Cross son enigmáticos y Axel es una tormenta a quien no le preocupa causar caos, llevándose a todos por delante, mientras que, Ciro, es la paz, y la dulzura que siempre necesité, luego de la muerte de mi padre. Trago con dificultad, al tener el recuerdo plasmado en mi mente, y lo doloroso que fue. ─Estás muy pensativa, espero esto no haga que te arrepientas de mí ─menciona, Ciro, llamando mi atención. Pestañeo, mirándole. ─¿Cómo lo supiste? ─Inquiero con sarcasmo. Él, abre los ojos con sorpresa, y niego con la cabeza, sonriéndole─. No podría arrepentirme de ti, Ciro ─agrego, toma mi mano, besando mis nudillos. Él, parquea al frente de un enorme edificio glamoroso, entregándole las llaves al Valet Parking, mismo que, le saluda con confianza. ─Señor Cross, es un gusto tenerle aquí, ¿su padre no viene con usted? Tiene mucho tiempo sin visitar el Escala ─Cuestiona, el chico de cabello castaño. ¿Con que esta es una de sus propiedades? Los Cross, no parecen escatimar en nada. ─No, es obvio que no vendré con mi novia y mi padre ─menciona, sonriendo en modo de burla. Esbozo una sonrisa nerviosa, cuando el chico ríe para seguirle el juego a Ciro. ─Que disfrute la estancia, si necesita de algo, no dude en pedírmelo ─anuncia. ─Gracias, Guille, lo tomaré en cuenta ─dice, Ciro, sacando un billete de alta denominación para dárselo disimuladamente al chico. Ciro toma mi mano, guiándonos hacia el ascensor. Cuando cruzamos las puertas metálicas, él, me empuja contra la pared de espejo, presionando sus labios contra los míos, es un beso pasional, pero no tan bestial como el de…«no, ni se te ocurra compararlo y pensar en él» me recrimino, introduciendo mis dedos en su cuero cabelludo, para intensificar más el beso, mientras él, posa sus manos en mi trasero, apretándolo. ─Lo siento, cariño, pero no puedo seguir controlándome, te quiero sentir ─manifiesta en un jadeo sobre mis labios. Mis mejillas se encienden y el calor en mi nuca se expande, asiento, mordiendo mi labio. «Tengo que fingir que soy virgen, he sido una tonta al ilusionarlo con que será el primero…espero la vida no me haga pagar karma por esto» pienso, besando su mejilla. ─Hazme tuya, Ciro ─pido, en un susurro caliente.
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