—Danielle, detente. —Oblígame —lo estaba mirando desde abajo, la veía relamerse los labios y esos ojos encendidos. Frederick estaba conteniendo la respiración, allí dentro de ese baño publico Danielle estaba dispuesta a tener un rato placentero con su esposo, lo que había comenzado como un fin de semana de descanso y par a huir de Amalia, resulto en una semana de sexo y viajes por buena parte del mediterráneo. Estaban sumidos en su idílico amor que no escuchaban la música del infierno que sonaba a su alrededor. Las fotografías ocupaban las primeras planas y las r************* estaban fascinadas con el delicado y sencillo estilo de la esposa de Frederick, se les veía tan enamorados que tenían un batallón de Fans queriendo saber más y más sobre ellos. Algunos creaban teorías erráticas