—¿Qué haces aquí? —Dan...Dani...Danielle —Frederick arrastro las palabras. Un mes había acontecido desde el intento de secuestro y violación a Danielle, Frederick bebía como loco, habían capturado a los hombres, pero ninguno hablo, era como si les hubieran sellado la boca, ni siquiera eran de ese estado y aunque los estaban procesando y Carla y Sam se habían apersonado de la situación, en aquella situación no había ni un solo camino de migajas que los condujera a un culpable intelectual. Pero entonces en casa las cosas se estaban cayendo a pedazos, Danielle había regresado a su habitación personal, no quería ver, oír ni tocar a Frederick, era como si algo se hubiese activado en ella esa noche, cada día más pálida y más delgada, mientras que Frederick cada día bebía más y más. —Amalia