Las celosas sufren

1438 Words
Simonetta había escuchado un millón de veces que la llegada de un hijo a la familia, lo cambiaba todo, y ellos tenían que ver por Wallace, así que este sería probablemente el último fin de semana que podría tener a solas con su esposo, planeo una escapadita romántica; todos los detalles y se aseguró con toda la discreción del mundo que la madre de Wallace y él tuviese planes para que el chico no tuviese que quedarse en casa. Después de ir a comprar cositas básicas para meter en los cajones espectaculares que su papá le había traído, Simonetta había ido al gimnasio a buscar a su marido, el cual estaba entrenando contra alguien, y para ser un entreno alguien se estaba llevando una machucada. Simonetta le observó y en lugar de regañarle decidió cumplir la maravillosa fantasía de ver a su marido en su fase más agresiva, sudorosa y sexy. Observó a las otras mujeres en el gimnasio, incluso a los hombres, y cuando terminó de darse un arranque de orgullo y celos encontró su mirada. William sonrió y saludo con el guante, antes de darle un golpe a su contrincante e y escuchar el silbido que anunciaba el fin del round. —Buenas—le saludó su esposo desde el Ring, quien parecía tener ojos exclusivamente para ella. —Pon atención. —insistió su esposa. —¿Un último round o tienes prisa? Se acomodó la protección y se giró hacia su contrincante, los dos se dieron buenos golpes, Simonetta se sorprendió al observar que la fuerza de su marido era predominantemente zurda, lo agarró en una llave y hasta que el réferi pitó a su favor, todos aplaudieron y William soltó a su víctima, los dos rieron y se dieron la mano. William, bajó y fue hacia su esposa. —Felicidades—Dijo Simonetta y le dio un beso corto sobre los labios—, necesito conversar con Wallace sobre esto. —¿Ahh, si? —Sí, necesito que me eduque. —Es malo que yo lo diga, pero por hombres como mi hijo se inventó el término “man explainig”. —Lo sé—Responde Simonetta. —¿Estoy gorda? —William ve a su esposa divertido. —Estas muy guapa. —Sí, pero gorda o flaca. —¿Importa realmente? —Me gusta estar flaca—William le da un beso en la mejilla y susurra contra su oreja.—Me encanta tu culo, y tus tetas y estás siempre perfecta, podemos ir a un lugar y tal vez te pueda convencer de… Simonetta no puede evitar reaccionar a las palabras de su esposo pero tampoco quiere permitirse el origen de su visita. —Estoy planeando ir a un lugar… pero… —¿William?—Llama Camila a su ex pareja. —Siento interrumpir, pero necesito hablar contigo de Wallace. —¿Qué hizo ahora? —No ha hecho nada, tengo…. Unas entrevistas y vienen los exámenes, dado que no me hace caso para estudiar, pensé que sería mejor que pase contigo estos días, me voy de viaje y yo lo llevo en las mañanas la semana de exámenes y lo visito en las tardes, podemos hacer unos cambios de roles y de fechas, pero necesito que revisemos fechas. —Wow, entrevistas… —Comento y asintió. —Claro, pero primero iré a ducharme y estoy en medio de algo con Simonetta. —Necesitas enfriarte, así que solo mira estas seis fechas y lo demás lo revisas desde el correo. —Vale. Camila les muestra su calendario en el cual vienen las fechas de su viaje, había estado valorando la posibilidad de irse a modelar a un par de países y eran campañas pequeñas pero la devolverían que la fama. La gente definitivamente estaría hablando y después será la semana de su cumpleaños, quince días más tarde el cumpleaños de su hijo. —Este fin de semana tenemos el baby shower —Comenta Simonetta, Camila los ve a ambos. —Es el fin de semana del cumpleaños de Wallace y el mío, lo celebramos juntos todos los años. —Yo quiero que Wallace se sienta incluido en el proceso con el bebé. —El bebé ni siquiera es su hermano. —Dejemos que Wallace decida—interviene William. — No, nosotros somos los adultos y nos toca decidir. —Simonetta, esto es una tradición familiar, cambien su fecha. —No porque al bebé lo operan la semana siguiente, no sabremos… no… —Camila vio a la mujer ponerse nerviosa y le acarició el hombro. —Estará bien, los bebés son resilentes. Wallace sobrevivió a un chichón enorme, no es lo mismo, pero no le ha dejado ni cicatriz y fue horrible —insiste su madre, —El bebé estará bien y creo que yo tendré a Wally viernes y sábado y ustedes el domingo para su fiesta. —Gracias —reconoció Simonetta y ella asintió. —¿Con lo demás estamos bien? —Sí. —Vale, gracias nos escribimos. Ser mamá de Wallace y no parecía de William a Camila le había tomado bastante tiempo y terapia, dejar a su marido le estaba costando muchísimo más de lo que pensaba, pero… volver en si y darse cuenta de que lo que más le hacía falta era amor propio, había sido bruts le ente doloroso pero lo mejor que le había pasado a esta mujer. William vio diferente a su ex pareja u se alegró de ello, sin hacer comentarios y si extenderle una mano, le dejó ir, porque eso era lo que Camila había deseado por muchísimo tiempo que la dejara ir. Simonetta observó a su marido, el cual le tomó de la mano y al dirigió hacia su oficina, se preguntó a sí misma si él siempre actuaría como si hubiese perdido al gran amor de su vida o si ella era la que se sentía poco amada por el. —Mi amor, Sim, te estoy hablando. —Estaba viendo el lugar, —¿Qué viste? —Los colores… —El gris oculta un poco el sudor de la gente y lo que dejan —Ella sonrió y tomó asiento. William la noto alto distraída y le dio un beso en la frente, le preguntó de nuevo mirando a los ojos. —¿A qué se debe el honor de tu visita? —Estoy… pensando en salir juntos, pero… Camila ha cambiado el rol con Wally y creo que es mejor aprovechar y estar aquí por si algo pasa con el bebé. —¿Cuál era el plan? —Una bobada, creo que si se me sigue antojado me voy con Gretty, le hace más falta a ella que a ti. —¿Por qué no planeamos algo en casa, el fin de semana, Consu y las chicas, Gretta y Ramón? —Eso… sería genial, si, claro que si. —Vale. —Y podemos escaparnos después de los exámenes de Wallace, dónde tú quieras,—comenta emocionado y le da un beso. —Me ducho ¿y vamos a comer? —Luego estará por nacer el bebé… —Mi amor, siempre habrá tiempo para nosotros. —Los niños lo cambian todo y Wally necesito atención, habrá menos momentos para mí y para mí. —Mi amor, haremos tiempo para todo, no es como si fuéramos a morirnos. Vamos s tener un bebé precioso, un adolescente feliz y tiempo para ser nosotros y querernos. William le da un par de besos a su esposa y después entra al cuarto de baño, Simonetta se queda pensado en que son la segunda familia, quizá la emoción y las cosas bonitas habían desaparecido, a pesar de las ganas de hacerlo mucho mejor que la vez anterior. —Simonetta—le llama William. —¿Si? —¿Me ayudas a pasarme algo? Simonetta se pone en pie y camina hacia el baño. —¿Claro, qué necesitas? William sonrió y le acercó el shampoo de baño, su esposa sonrió y tomó el shampoo. —Hay espacio para los dos, para practicar eso de hacer el momento y el espacio. Simonetta río y comenzó a desabotonarse la blusa, su esposo le apuró y los dos rieron conforme entraba a la ducha con su marido le besó y le cargó. —Creo que algo no va a funcionar. —Estoy muy seguro de que sí. Las mujeres también hablamos y no es la posicion s****l más firme, pero amigas, por un periodo equivalente al resto del día, Simonetta dejo de pensar que había algún problema con su matrimonio o que su marido estaba pensando en alguien más.

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