¿Qué es una boda sencilla?
Porque eso es justo lo que yo quería y es justo lo que no voy a tener.
Todo empezó mal cuando Ramón dijo que tenía que ir a una reunión porque el bebé de Simonetta, quien no está en su útero, pero que ella pagó tenía una cita con el obstetra y por más que Lana no soporte a Simoneeta todos le han recordado que ella tiene más derechos sobre el bebé que carga en su cuerpo, todo esto; es una locura.
Al final éramos mi suegra y yo pero Consuelo decidió sacarnos el rato para que su madre no secuestrara el evento y cuando Simonetta se enteró de que íbamos a vernos con la Wedding planner decidió que aunque sea a mitad de nuestra cita llegaría (porque una buena dama de honor está en todo) Querida Simonetta… devuélveme a mi marido.
No lo dije, solo, solo lo pensé…
Mis hermanas querían saber y entender porque toda la familia de Ramón tenía una opinión y nuestra familia no podía opinar nada.
—No es así.
—Van Simonetta, Consuelo y Marita—Se queja mi hermana.
—Simonetta y Consuelo son mis amigas de toda la vida, el que está metiendo la polla en el hueco equivocado es Ramón.
—Hija, estoy justo aquí —Se queja mi padre y se pone en pie. —¿Quieres que vayamos.?
—No, papá, estoy bien.
—Nosotras vamos a ir porque ya no eres hija única, eres familia, nuestra hermana—Comenta Rina.—Y si estuviésemos en esta situación tú vendrías.
—Mi amor, no sé nada de bodas pero puedo ir. —Insiste mi padre.
—Papá, con las chicas es más que suficiente.
—Vale, esta es mi lista de invitados por si decís tener algo menos íntimo. Esta es mi tarjeta, la boda la paga el padre como dicta la tradición y ten cuidado con el presupuestos que te envié por mensaje. —Mi papá nos da un beso a las tres y nos mira algo dudativo. —Chicas…
—Papá… Ramón y yo…
—p**o yo o no voy, punto.
Sé que está hablando en serio.
—Gracias…
—Me gustaría que cenáramos esta semana, tengo algo que quiero compartir.
—¿Has regresado con mamá? —Pregunta Lina—Porque no deja de llamar y ella no es tan intensa nunca.
—No.
—¿Has dejado a una veinteañera embarazada? —Insiste Lina.
—Tampoco. —Responde una paciente.
—¿Estás enfermo?—Pregunta Lina y mi papá se ríe.
—¿Cena los cinco, mañana?
—Papá, mejor dinos. —Insiste Rina y todos le miramos espectante.
—Creo… que estoy saliendo con alguien.
—¿Hace cuanto?
—¿Uhhh, la conocemos?
—¿Es mayor o cuanto menor?
—Dios mío, es una mujer de casi mi edad, tiene hijos de sus edades, tenemos una amistad pero me parece que no estamos en edad de estarnos… escondiendo.
—Claro… a esta edad ya no, pero… eso significa que lo has dejado con mamá.
Yo me quedo en silencio escuchando la interacción de mi hermana con mi padre, pero, los dos están en silencio.
—Eso no es de tu incumbencia, Regina.
—Que eches un polvo semanal con nuestra madre, la mujer que te dejó con tres hijas solo y un tercio de tu fortuna, no es nuestro problema.
—Literalmente; no.
—Está conversación no tiene un final feliz.
—Sí, la verdad, dejémoslo.
—No, es un ejemplo terrible para todas. —Insiste Rina.—Denigrante.
—Regina, Carolina y Margarett, no es de su incumbencia lo que su madre y yo dejemos de hacer o hagamos.
Mi papá sale de la casa furioso y mis hermanos y yo compartimos una mirada.
—¿Tu te llamas Margarett.?
—Me llamo Gretta, pero, es un disminutivo del nombre de la abuela.
—Que feos todos estos nombres.
—Sí, como se atreve a regañarnos.
—La verdad, la verdad; no es nuestro problema con quien se moje la polla.
—Que asco, Margarett.
—Sí, te pasas, Margarret.
—Siento que no pega.
—Para nada.
Mis hermanas me animan a revisar el presupuesto.
Veo mi celular.
Papá
No hay presupuesto para ti, pero es algo que esas dos no necesitan saber porque no va a tener.
Gretta
Te amo.
Papá
Siempre hay un hijo favorito y en esta familia eres tú.
—¿De cuánto era tu presupuesto? —Le pregunto a Lina.
—Trescientos invitados. Cincuenta mil dólares.
—¿El tuyo?
—Cien mil, soy la mayor.
—Eres la favorita, eso es todo—se quejan ambas al unísono.
Les doy un toque cito en la nariz y le escribí a mi papá.
Gretta
Gracias, eres mi papá favorito.
Te amo y les dije que es de cien mil.
Papá
Perdedoras jajaja
Gretta
Jajaja
Luego aviso a mi suegra y Consuelo que las gemelas vienen, es que no me da tiempo de subir al auto cuando hay un grupo de w******p.
Y de inmediato un mensaje de mi esposo.
Ramón
Gretta, no dejes que secuestren tu vida de ensueño. Es lo que tú quieras y punto.
Gretta
¿Tu quieres algo?
Ramón
Con que vayas vestida de blanco y digas acepto en frente de todo el mundo, esa es mi fantasía, por lo demás, con que te guste a ti, será perfecto. Si mi mamá o mi hermana necesitan control me llamas y voy.
suegra tiene un montón de conocidos, mi esposo socios de mi papá, yo… la verdad, estaba feliz con la gente que fue a comer el otro día en mi casa.
Nuestra familia.
—¿No vas a probarte nada?
—¿Te apetece el vestido de la abuela?
—Podemos mandar a diseñar algo, cariño. —Comenta mi suegra—En dos semanas será muy simple, pero es posible.
—No… sé.
—Que no sabes.
—Todo lo que hemos decidido hoy, sería muy hipócrita de mi parte. La verdad, yo esperaba algo pequeño.
—Son solo 100 personas.
—Yo quiero quince personas. —Respondo mientras veo los vestidos. —veinte lo mucho, los amigos de Ramón nuestra familia, mis amigas y ya.
—Acabamos de… —Consuelo pellizca a su madre y ella me ve algo triste, luego asiente y me da un beso en la frente. —Es tu boda, cariño.
—Ya sé, pero no quiero ser grosera. No quiero ser esa nuera.
—Es tu día con Ramón, porque no eligen ustedes las cosas, me avisan lo que quieren y yo molesto a la wedding planner.
—¿En serio?
—Ahh, no, no, no, no, no, noooo. Te pruebas ese vestido sí o sí. —Amenaza Lina y todas la miramos.
Simonetta intenta contener la risa, pero falla, mi suegra me toma de las manos y me ruega lo mismo, hacer de este día uno inolvidable.
Conforme revisaba los vestidos recibí una llamada de Ramón.
—Ya terminé las reuniones, aparentemente cuando no eres Simonetta todo es más rápido.
—Le voy a decir a mi amiga.
—Cuéntale que mis huevos son una cosa poderosa. —Comenta divertido—¿Qué tal van los planes?
—Acabo de romperle el corazón a tu mamá, y he deshecho todo lo que ha soñado para nosotros y me siento muy triste.
—¿Insultaste a mi mamá?—Pregunta y puedo escuchar la risa en su voz
—No, pero tal vez ya no sea su nuera favorita.
—Imposible—Asegura Ramón. —Consuelo siempre elige fatal así que estamos cubiertos—Sonrió—Te amo.
—¿Desde cuando? ¿Has pensado en eso? —Ramón vuelve a sonreír.
—Quiero contártelo en persona.
—Seguro que necesitas pensarlo.
—No, lo tengo claro. —Respondo—¿Tú?
—Sí.
—Gretta, cariño encontré uno fabuloso.
—Te hablo más tarde.
—Te amo y me alegra estar casándome con mi mejor amiga.
—Te amo—Respondo y el sonríe.
—Ramon está aquí?—Pregunta mi suegra horrorizada, su hijo ríe en el otro lado de la línea y yo finalizo la llamada para concentro a mi público que no tiene mal gusto.
Loq ue apsa es que no estoy segura de si mangas en un día soleado maravilloso que estoy planeando, la seda que ha elegido mi hermana me parece sexy pero no luce tan elegante en mi, veo un vestido que consuelo
Me acerca para probarme, y es un corte princesa con estrapless en forma de corazón, y me parece precioso, me lo pruebo y no está mal, todas suspiran cuando salgo del probador, Simonetta, se limpia las lágrimas y consuelo me acerca el velo lo coloca y mi suegra vuelve a quedar sin aliento por lo que todas reímos.
—Esto es divino, es… espectacular.
—Si Ramón no llora, lo divorcias.
—Si, tú te sales y vuelves para casarte con él cuando entienda que tiene que llorar.
Me miro en el espejo y me entra esa locura y coquetería femenina en la que siento que necesito verme peinada, maquillada, con unos kilitos menos, incluso un sostén de mejor calidad. La mujer encargada de los ajustes ingresa y me felicita por la elección y me
Pregunta si deseo tallarlo de prueba,
Todas están de acuerdo y creo que tengo vestido, sencillo y precioso y del color que mi marido solicitó; blanco, muy blanco y no puedo evitar sonreír al espejo y observarme desde cualquiera de los ángulos del espejo, al salir la mujer por el material, me parece ver a alguien, pero no le pongo tanta importancia porque estoy viviendo un sueño que había guardado en un rincón de mi corazon. Estoy por casarme con el hombre al que más he amado en la vida, el hombre con el que peleo porque el tenedor es muy pesado y al mismo tiempo al que quiero contarle cualquier cosa sobre mi vida. Le amo y quiero disfrutar cada segundo de mi final feliz.
La encargada me coloca unas prensas, para sostener adecuadamente la prenda, su compañera me acomoda el pelo y el velo lo coloca adecuadamente, y mi hermana insiste en aplicarme un poco de maquillaje para eu todas podamos dar una probada del futuro, Simonnetta ordena unos tacones, los mejores para el vestido y una botella de champaña
—Pensé que te casarías en un saco de patatas.
—Yo estuve muy preocupada.
—¿Te gusta? —Pregunta mi suegra en medio de los comentarios honestos de mi hermana y mis amigas.
—Si, me encanta.
La puerta se vuelve a abrir, nos entregan una botella de champán y las copas. Simón entra descorcha la botella y nos sirve a todas en medio de risas y felicidad.
Mi amiga eleva su copa y dice:
—Por Ramoncito y Tity, la mejor amiga más dulce y el primo más amoroso del mundo, los seres a quienes amamos y deseamos Rafa la felicidad del mundo.
—Por Ramón y Margarett—Comenta Lina.
—Margarett no le pega.
—¿Sabías que se llamaba así?
—No se llamaba así —Se queja mi suegra.
Todas nos reímos y chocamos nuestras copas.
—Por Ramón y Gretta.—Comenta Simonetta.
Las puertas se abren nuevamente e ingresa Valentina Giraldo, y sí, adivinan bien, no es una buena noticia.