CAPÍTULO DIECISÉIS Gwendolyn caminaba lentamente, todavía débil, apoyándose de vez en cuando sobre Kendrick y Steffen, que estaban junto a ella, con Krohn a su lado y seguida por su séquito, el resto del Imperio, mientras llevados por el castillo más espectacular que jamás había visto. Su corazón latía más rápido a la expectativa de conocer al Rey y a la Reina mientras caminaban, escoltados por sus caballeros. Intentaba comprender cómo algo tan espléndido podía existir aquí, en medio de un desierto así; este castillo era resplandeciente, con techos elevados, suaves suelos de adoquines y ventanas con vitrales que dejaban entrar la luz de los dos soles del cielo del desierto. En muchos aspectos, caminar por este castillo de la Cresta le recordaba caminar por la Corte del Rey; pensaba que la