CAPÍTULO QUINCE Volusia estaba sentada a la cabeza de la brillante mesa de oro semicircular de dentro del Salón de la Capital y observaba a la multitud de hombres que había delante de ella, sintiéndose victoriosa. Sentado frente a ella, al otro extremo de la mesa, estaba el comandante de los ejércitos del Imperio, junto a una docena de sus generales que estaban sentados a su lado, y detrás de él, cien senadores del Imperio, todos vestidos con sus distintivas túnicas blancas y escarlatas que corresponden a su rango. Todos ellos la miraban fijamente, con el ceño fruncido, con una mezcla de desafío y ansiedad, mientras se preparaban para oír su decisión. Volusia los observó a todos, examinó sus caras, dejando que el silencio merodeara, dejando que se dieran cuenta de que ella tenía el contr