El evento del año - Capítulo 3

2178 Words
Empujo la puerta y entro con timidez. Está todo oscuro, por lo que enciendo las luces de la habitación y me encuentro con que realmente es una lujosa suite. Recorro el lugar, pasando por una pequeña y cómoda sala. Se nota que nadie había venido antes. En una mesa de centro hay gran ramo de rosas blancas, con algunas florecillas violetas. Camino hacia a la habitación, deseando encontrar ahí al misterioso hombre que me tiene aquí, con los nervios de punta y el corazón acelerado, pero las puertas están completamente abiertas y no hay nadie dentro, así que voy hacia el baño, donde doy dos golpes a la puerta y al no escuchar respuesta, entro para encontrarlo desocupado. Bufo y me devuelvo a la sala que tiene un gran ventanal con vista al mar. En una mesita de arrimo, a un costado del ventanal, hay una cubitera con hielo y dentro de ésta una botella de espumante más dos copas, me encojo de hombros y me sirvo en una de las copas, ya que, si estaba aquí, no desaprovecharía la oportunidad de sentirme como una reina. Me quito los tacones y salgo al balcón para tomar una bocanada de aire y disfrutar de la noche, aunque sea sola en esta lujosa suite. «¿Qué le habrá pasado a mi besador misterioso?», me preguntaba mientras disfrutaba de la hermosa vista. Comienzo a planificar qué haría primero, «quizás darme un cálido baño de inmersión con algunas sales efervescentes y espumas aromáticas, mientras termino por beberme este delicioso espumante, o quizás ver alguna serie sobre la impresionante cama que está en la habitación», barajaba las opciones. Termino el contenido de mi primera copa de espumante, por lo que la dejo a un lado y estiro mis brazos, dejando que el viento de la noche me envuelva y erice mi piel. Suspiro, imaginando «qué hubiese pasado realmente, de encontrar al misterioso hombre en la habitación» y no entendía por qué no estaba aquí y yo si. Me pierdo en mis pensamientos por unos minutos más, mientras cierro los ojos y disfruto del viento, cuando unas manos cubren rápidamente mis ojos con algo así como una corbata, robándome el aliento, haciéndome jadear. El delicioso aroma de su perfume, me hace reconocer al hombre misterioso del club, por lo que intento hablar, pero sisea suavemente y corre mi cabello a un costado, dejando mi cuello a su disposición, comenzando a dejar un camino de besos húmedos sobre él, erizándome la piel. Me voltea para quedar de frente, y al intentar abrir mis ojos, puedo notar sólo la punta de sus zapatos de cuero n***o. También, logro identificar que ha apagado las luces, lo que me dificulta más, saber quién pueda ser. Toma mi nuca con determinación y vuelve a besarme con urgencia, logrando que el fuego que había sentido la primera vez, se extienda por mi cuerpo una vez más. Mis brazos viajan desde su fornido pecho hasta su nuca, envolviendo su cuello y aferrándome a él. Me pega a su cuerpo haciéndome jadear. Suelto un grito cuando corta el beso y me toma en brazos, llevándome hacia lo que imagino es la habitación. Me deja de pie y busca la cremallera de mi vestido, la cual desliza con suavidad por mi espalda. La parte superior se desliza con facilidad, pero queda todo enrollado sobre mis caderas, por lo que, de la forma más sensual que puedo, la bajo contoneando las caderas. El misterioso hombre emite un gruñido, al ver que no llevo sujetador y sólo cuento con mis bragas negras. La incertidumbre de no verlo y no saber lo que va a hacer, me tiene más excitada que asustada, y cuando me toma del mentón y deja un apasionado beso, lo recibo gustosa dándole el acceso que su lengua me pide, para recorrer mi boca. Me voy echando hacia atrás lentamente y él se va acomodando sobre mi, poniendo sus rodillas para darse soporte y no aplastarme. Cuando estamos completamente recostados, con una de sus mano, dirige mi brazo por encima de mi cabeza y repite la acción con el otro, tomando con su mano mis dos muñecas y dejándome inmóvil, de esa manera. Mis niveles de excitación se elevan aún más, haciéndome jadear ante la idea. Miles de corrientes eléctricas recorren mi cuerpo, sensibilizando mis partes más erógenas, como los pezones y mi clítoris, que pide a gritos por su atención. Me besa el cuello y la clavícula, sin soltar mis manos, hasta que un sonido como el de unas llaves, llama mi atención. Intento moverme, pero apenas lo hago, siento que algo aterciopelado envuelve una de mis muñecas y luego la otra. Esposas. —No me está gustando este juego —Me quejo—. Ni siquiera sé quién eres —agrego. —Shhhh —Sisea. Pasando su dedo pulgar sobre mis labios. Intento moverme y bajar mis brazos, pero, aunque no lo diga con palabras, me deja en claro que quiere mis manos quietas sobre mi cabeza. Siento que se pone de pie y el sonido de un preservativo al ser sacado de su envoltorio. Tengo las pulsaciones a mil por hora, en una mezcla de miedo y excitación por partes iguales, ya que nunca se sabe con qué loco te puedes topar en la vida, aunque ya es demasiado tarde para entrar analizar si me arriesgo o no. Ya no había vuelta atrás. Pero, algo en mi, me decía que confiara y me entregara, y como siempre lo he hecho, seguiré mi intuición. Sus manos recorren mis piernas con suavidad hasta llegar a mis caderas y comenzar a deslizar mis bragas, para quitarlas. Cuando lo consigue, con delicadeza me abre las piernas completamente, dejándome totalmente expuesta ante él. Siento la humedad de mi sexo, al sentir el aire chocar contra él, y un nuevo gruñido de satisfacción y placer, abandona sus labios, al observarme completamente depilada y abierta para él. Su boca no se hace esperar en mi entrepierna, sintiendo cómo su lengua viaja de arriba abajo, con desesperación y entre gruñidos de placer, mientras me retuerzo sobre la cama, obedeciendo completamente en dejar mis manos quietas sobre mi cabeza. Dos de sus dedos se introducen en mi interior, haciéndome gemir, mientras su boca succiona mi clítoris y lo hostiga con la lengua, logrando que toda esa corriente que sentía, se concentre en ese único lugar. No tardo mucho en llegar a un monumental orgasmo, mientras mis piernas tiemblan y aprisionan su cabeza, ante el mar de sensaciones que éste me produjo. Con sus manos, vuelve a abrir mis piernas por completos y sigue atacando mi hinchado clítoris con su lengua, sin darme chance para recuperarme un poco, así que mis jadeos y gemidos no los puedo controlar. Siento que me voy a volver loca si sigue haciendo eso, y cuando menos lo pienso me vuelvo a correr tan violentamente, que incluso lloriqueo un poco, mientras mis piernas tiemblan como nunca antes. Mi respiración sigue irregular, por lo que con respiraciones más profundas y lentas intento controlarla, y cuando lo consigo, sus dedos, una vez más vuelven a entrar y salir de mi interior, embistiéndome sin parar por largos minutos, hasta que nuevamente su boca está atacando mi clítoris, lengüeteando de arriba abajo, mientras siento cómo se comienza a formar nuevamente un orgasmo en mi interior el cual es liberado brutalmente entre gemidos y espasmos que recorren todo mi cuerpo, sintiendo como si me hubiesen enchufado directo a la corriente eléctrica. Una risa ronca sale de su boca, para luego acercarse a mi boca y besarme con urgencia, dejando saborearme en ese profundo y ardiente beso. Me toma por la cintura y en un movimiento, queda debajo de mí y yo sobre él, por lo que me levanto, quedando a horcajadas sobre él. Con su ayuda, introduzco lentamente su enorme pene dentro de mi. Cuando logro introducirlo completamente un jadeo abandona su boca, mientras que comienzo lentamente a subir y bajar, moviendo mis caderas cadenciosamente. Sus manos me toman por las caderas, indicándome el ritmo que quiere que lleve, por lo que no puedo ser menos, tras haberme brindado los tres mejores orgasmos de mi vida. Definitivamente no podía negarle absolutamente nada. Sigo el ritmo que me pide por largos minutos, entre jadeos suyos y gemidos míos, hasta que me hace levantar y salir completamente. Se sale de entre mis piernas, dejándome de esa misma forma, hasta que siento que se pone por detrás de mi y me empuja, hasta poner mis antebrazos sobre el colchón. Entra en mí de una sola estocada, haciéndome gemir y vuelve a salir completamente, para volver a entrar, repitiendo esta acción unas cuantas veces hasta que decide comenzar a embestirme rápido y fuerte. Inesperadamente, una de sus manos se posa sobre mi monte de venus y comienza a estimular con su dedo pulgar mi hipersensible clítoris. En tan solo unos minutos, mientras no deja de embestirme, comienzo a sentir como un nuevo orgasmo se va formando en mi interior, por lo que mi interior comienza poco a poco a contraerse, así que aumenta el ritmo de sus embestidas y el de su dedo logrando que vuelva a llegar al clímax una vez más, con un gemido tan profundo y sensual, que lo hace gruñir cuando llega a su liberación a los minutos, después de mi. Sin salir de mi interior, nos hace caer de lado, por lo que me envuelve en sus brazos, como en posición de cucharita. Siento sus latidos en mi espalda, mientras aún respiramos erráticamente, intentando poco a poco, bajar las revoluciones. Sus manos se posan sobre mis hinchados pechos, y con sus dedos, aprieta mis pezones, que, aunque no les prestó mucha atención, están sensibles por la excitación anterior. La piel se me eriza, y a pesar de que quiero un pequeño descanso para reponerme, mi cuerpo no está en sintonía conmigo, encantada ante su toque, tan suave, como demandante. Entre las caricias que me da, más otro tanto de besos en el cuello y espalda, no pasan ni diez minutos, donde lo tengo una vez más sobre mi, atacando mis pechos, mi cuello y mi boca, demandando una nueva y deliciosa sesión de sexo intenso. (…) Despierto completamente adolorida, pero con una sonrisa de oreja a oreja que me parte la cara. Y tal a como lo imaginé, no hay nadie a mi lado, lo realmente no me sorprende, ya que no esperaba encontrarlo, porque me había dejado sumamente claro que no quería revelarme su identidad, de ninguna forma. No podría decir cuantas veces hicimos el amor, porque podría decir menos de las que realmente sucedieron, pero de que fue un maratón intenso de sexo, lo fue y no me arrepiento de nada. Busco alguna nota o algo, en la mesita de noche y no hay absolutamente nada, por lo que me encojo de hombros y camino desnuda hacia la sala, donde hay un carrito de servicio con un desayuno intercontinental, esperando por mi. Llevo el carrito hacia uno de los sofá, donde me desparramo, para comenzar a comer las deliciosas cosas que hay para elegir. Entre las tantas cosas que hay, un papel que sobresale, llama mi atención, así que lo tomo entre mis manos. “Gracias por todo. Puedes quedarte hasta las 18:00 hrs. Todo está p**o” Sonrío y sigo con mi festín, hasta que me siento completamente satisfecha. Me dirijo al baño para cumplir con lo que me había propuesto la noche anterior, así que lleno la tina para darme un baño de inmersión con sales efervescentes y espuma, mientras me termino el delicioso espumante y luego, salir de aquí como una reina. Tras salir del baño, un papel debajo de la cama me llama la atención, por lo que me agacho, lo tomo y comienzo a leer, ya que parece un discurso, o algo similar. “Quisiera partir dándoles las gracias a todos por haber venido a la fiesta de Navidad, que mi padre con mucho cariño, comenzó haciéndole a sus colaboradores y amigos, desde los inicios de “Morgan and Associates, Investors”. También quisiera pedirles las disculpas pertinentes por no estar tan presente, a como lo estuvo mi padre, pero sepan que toda esta ausencia, es la que hace la diferencia de los inicios de la compañía cuando apenas iniciábamos en el país, a lo que es ahora en el presente, ya que somos mundialmente conocidos y en constante crecimiento. Prometo que, de ahora en adelante estaré más presente, ya que pretendo establecerme, finalmente aquí en Miami, tomando el legado que me dejó mi padre, ya que es mi héroe y mi ejemplo a seguir. Les deseo unas felices fiestas, junto a sus familias y que tengan una feliz navidad”. Me siento sobre la cama, completamente petrificada, ya que la intensa e increíble noche de sexo intenso que tuve con mi hombre misterioso, fue realmente con el CEO de “Morgan and Associates, Investors”, Kyle Morgan, mi muy guapo, caliente e insaciable jefe.
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