–¡Mi señor! –le gritó Rode. Franz reaccionó y levantó la mirada. –Perdón –aclaró la garganta –. Es solo que Dimitri quiere saber si tendrá lista la sangre para la próxima semana. –Hablaré con los vampiros que están dispuestos a ir por ella y si todo sale bien, la tendremos para la próxima semana. –Nos estamos quedando sin recursos, su majestad –le habló el hombre. –Si tiene una solución, es hora de decirlo. Franz lo dijo de un modo tan hostil que el vampiro retrocedió y se inclinó, Franz lo ignoró y vio a Rode. –¿Ya le entregaste la invitación? –Ahora lo iba a hacer –respondió Rode al acercarse y entregarle el papel. –¿Qué es esto? –dudó el vampiro. –Es la invitación a mi matrimonio, será tradicional en dos noches, espero que recuerde que su presencia es esencial. El