Talun, que todavía estaba en el puente, decidió bajar. Empezó a levitar y se dirigió a la inminente confrontación. "¡Si las cosas empeoran, huyan!" le dijo a los dos hermanos.
Los ojos de la bárbara comenzaron a emitir descargas azules, su cabello comenzó a arremolinarse, estaba a punto de chocar con Ado cuando una voz profunda y enojada gritó: "¡Ya basta!" Ella y el guerrero parecían no oír.
Rhevi vio un bule que se acercaba a gran velocidad, había oído hablar de estos, pero nunca había visto uno: el animal era poderoso, su piel era similar a la de la piedra, en su espalda tenía una enorme aleta, y por esta característica se le conocía como el tiburón de tierra; su hocico era alargado, sus ojos estrechos y protegidos por sus placas rocosas. Era una máquina de guerra viviente, sus poder
