Élan se recostó de espalda, a mí derecha, se colocó el brazo derecho doblado bajo la cabeza y miró el techo, pensativo.
—Ella vendrá con él —murmuró por lo bajo, más relajado—. Estarán aquí como huéspedes. Al menos Noelia, para Edrick este siempre será su hogar.
No dije nada al principio, pero miré al vacío. ¿Quién era Noelia en comparación conmigo? Yo nunca me había sentido humanamente más que otra persona, pero algo me decía que sin importar si yo la aceptara o no, ella no aceptaría quién era yo para él.
Respiré con calma, esa mujer sólo podría ganarme de una sola manera y era haciendo que Edrick por sí solo me apartara de su vida. Ese sería el único motivo que tendría yo para no ponerme en su camino, o mejor dicho, el motivo para no desviarme del que debería s
