Azura —¿Unas vacaciones? —preguntó papá, preocupado. Era al día siguiente, y estábamos en casa de Liam. Katara estaba jugando en el suelo, su cabello rubio recogido en dos coletas, mientras sus ojos azul celeste me observaban con curiosidad. Aunque tenía siete años, era muy pequeña para su edad. A pesar de su fuerza y determinación, era una princesa diminuta. —No creo que debas ir sola —agregó Jayce. Arrugué el ceño, poniendo las manos en las caderas. —¿Dice quién? —pregunté. —Lo dice la lógica y la situación — respondió él. Un pequeño caprichoso. Me pregunto qué diría si supiera que estoy embarazada, pero no voy a escuchar a un adolescente de trece años, que se supone que es mi subordinado, decirme lo que debería o no debería hacer. —No está equivocado —añadió Theo con una sonris