LEO
Sabía que algo estaba mal, pero no me esperaba esto. Y el hecho de que el bastardo de alguna manera logró escaparse. No lo vi salir del maldito auto. No sé cómo, pero parecía haber simplemente desaparecido.
A menos que no estuviera en el auto desde el principio.
Chantajeándola con videos sexuales.
Eso me puso furioso. No me importa si era una maldita princesa o no, en este momento era alguien que necesitaba ayuda.
¿Por qué demonios estaba lidiando con esta mierda sola?
Además, de alguna manera el bastardo incluso logró encontrarnos.
¿Tenía algún tipo de rastreador en ella?
Su equipaje.
Me detuve al costado de la carretera, haciendo que ella agarre el borde de su asiento y me mire con esos grandes y hermosos ojos suyos.
—¿Qué estás haciendo?
No respondí. Bajé del auto, camin
