LEO Miré mi teléfono. El mensaje estaba clarísimo, pero aun así tuve que leerlo varias veces. Voy a irme. Con Marcel aquí, no creo que sea inteligente que me quede. Arréglame un coche, o al menos avisa a tu seguridad para que me deje salir. Ella se iba. Exactamente como yo quería... No sentí alivio ni jodida emoción por el hecho de que se fuera. Sí, porque una vez que se haya ido, Marcel tendrá un montón de preguntas para que yo las responda. ¿Por qué no arreglé las cosas con su —amigo—, y luego Corrado me volverá loco sobre por qué la dejé ir. Deja de joderte a ti mismo, Leo, sabes que esa no es la razón. Encendí un cigarrillo y di una calada mientras miraba el teléfono, soltando lentamente una nube de humo. Pero era mejor que se fuera. Su presencia aquí me estaba jodiendo. Le re