— Te creía en Río – dijo Love al bajar de su auto – Y eso que estás aquí en Nueva York. — Que te digo – le sonrió y se dieron un corto abrazo – Me da gusto verte muñeca. — Igual a mi Freddy – le sonrió. — Y no estoy en servicio, por si te interesa saber – metió sus manos dentro de su chamarra – Solo es placer. Love adora a ese hombre, fue su mejor amigo y de hecho fue el mejor amigo de su esposo, cuando ella se perdía meses en misiones, era Freddy quien estaba con él y su hija, dándole toda la información de ella para que estuvieran tranquilos. Es su mejor amigo, aunque sea un idiota. — Es bueno saberlo – lo miro – Mira, tengo demasiado sueño y hambre, sube al auto, vamos a mi casa y sirve que ves a los niños. — ¿Cómo están esos bebés? – preguntó Freddy con una sonrisa, mientras s