Habían empezado a avanzar con mucho cuidado y no tardaron en ver que, a la izquierda, el pasadizo se ensanchaba un poco. Allí había algo que parecía un montón de trapos viejos. Al acercarse, Jaela se percató de que el pasadizo había llegado a su fin. Frente a ellas sólo había un sólido muro de piedra. En realidad, el lugar en que la señora Matherson las había encerrado no era un pasadizo, sino una especie de cueva bajo la Torre que debía de haberse usado en otros, tiempos como cava o tal vez como mazmorra. Alzó un poco la linterna y miró con mayor atención el montón de trapos, en cuyo centro brillaba algo. Entonces, con un horror escalofriante, supo que había encontrado el cadáver de Lady Anstey. Rápidamente para evitar que Kathy viera lo mismo que ella, dio la vuelta con la niña para v