Entramos al vestíbulo e Isa fue prácticamente atacada por unas personas de aspecto elegante. Los abrazó dándoles besos en las mejillas. Por su postura tensa, no se sentía cómoda con ellos y se estremeció cuando una mujer mencionó a Evan. —Lamento lo sucedido— dijo la mujer con voz entrecortada, que sonaba como Marilyn Monroe, que fumaba tres paquetes al día. Su rostro estaba lleno de colágeno y era demasiado mayor para usar el vestido ceñido que llevaba, y tampoco era apropiado para la ocasión— Era un hombre tan guapo —Tía, él me engañó— dijo, frunciendo los labios. Su tía sonrió. Creo. No podía decirlo por la gran cantidad de Botox que se había aplicado en la cara. Los ojos de Isa se abrieron y se sonrojó furiosamente— Joder, ¿contigo también? ¿Por qué? —¿Por qué no?— Respondió ella, a