—Lo dijo.—su voz salió baja, sin fuerzas, dejó su mano en su pecho, comprobando aquellos latidos que seguían retumbando cada vez más fuerte desde que la conoció. ¿Por qué? ¿Por qué ella lo hacía sentir así? Kellen no tenía la más mínima idea y a pesar de que tenía miedo, a pesar de que quería ir con cautela en un terreno desconocido, no lo hacía, solo quería lanzarse hacia ella y ser estrellado por lo que sea que le arrojara Danais, incluso si eran migajas. Había pasado una de sus mejores noches en mucho tiempo y no entendió como fue que todo se puso tan…frío. Creía que fue luego de esa llamada que ella recibió. Señor Marshall. Eso era lo único que decía el nombre en pantalla. La insistencia de su hermana era cada vez mayor y al ver que aquel papel no significaba una atadura absoluta