Prólogo

463 Words
En el mundo habitan distintos seres, tan particulares y especiales, como despiadados y egocéntricos, creyendo que son los únicos habitantes sobre la tierra.  Hace miles de años, cuando los distintos especímenes se descubrieron unos a otros, el caos se desató en el planeta. Años de guerra sangrienta para lograr la imposición de un grupo sobre otro finalizó en una reducción considerable de la población. Casi al borde de la extinción de todos los seres, se debió frenar con aquellos enfrentamientos. Finalmente los pocos sobrevivientes debieron llegar a un pacto, o se lograba una débil paz, o el mundo caería nuevamente en una guerra fría y sangrienta que desencadenaría la completa desaparición de la vida.  Con las especies debilitadas y en sus mínimos números de población, los habitantes de la tierra comenzaron a escasear. No quedaban más opciones que recurrir a fertilizaciones de laboratorio y campos de óvulos fecundados para aumentar rápidamente los números. Nadie, jamás, esperó que aquellos pequeños seres nacidos bajo condiciones de esterilidad y frío, lo hicieran sin sus características de cambiaformas. No pudieron explicar qué había sucedido, pero ahora aquellos a los que llamarían humanos, los superaban en número y pronto se expandieron y procrearon llegando a aumentar aún más su población. El resto de las manadas de cambiaformas decidieron mantenerse ocultas ante estos seres más débiles y vulnerables. Se sentían responsables por ellos, porque los habían creado, arrojándolos a un mundo donde todos eran demasiado fuertes.  Se crearon así, la Leyes Supremas y la Primera Guardia, ambas con el fin específico de proteger a los humanos y organizar la vida social, política y legal de las distintas manadas existentes. Como el territorio era amplio se decidió separar las manadas en las de Oriente y las de Occidente, respetando ambas aquellas leyes supremas, pero pudiendo agregar algunas más a sus propias normas. La Primera Guardia se componía de los ejecutores principales de las manadas y ellos podían designar a otras personas a obrar en su nombre. La finalidad de la Guardia era poner en custodia a aquellos que desafiaran o quebraran las normas. La primera, y más importante, era que ningún cambiaformas podía dañar deliberadamente a un humano. La segunda era la Alta traición, que se aplicaba cuando un mando tenía como objetivo lastimar o matar a otro mando de su propia manada o de alguna otra. Quebrar alguna de estas dos leyes generalmente se penaba con la muerte. La Primera Guardia respondía a un Consejo Supremo, compuesto por un representante de cada manada más alguien en nombre de los humanos que estaban al tanto de la existencia de estos seres. Así los años pasaron y la paz se mantuvo fuerte. Ahora todos convivían manteniendo ciertos acuerdos ocultos antes los humanos, a quienes protegerían hasta por encima de ellos mismos.
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