—Hermano, le guiñaste el ojo — regañó a su lobo un tanto irritado. —Le gustamos. ¿No vimos sus bonitas caritas sorprendidas? — se regodeó orgulloso el animal. —No te discuto eso, solo que… Nada, dejemos ahí el asunto — El humano prefirió cortar la conversación y dejar que su lobo siga al mando un poco más. Él estaba bastante irritado y prefería no estar al frente de la incómoda situación en la que se encontraba. El cobrizo miró de reojo a ese Alfa que leía algo en su teléfono. Notó la tensión entre él y Cló y quería descubrir qué era, pero principalmente lo fastidiaba el saber que ese hombre era atractivo, fuerte y dominante; además tenía poder, el el líder de una de las tres manadas más importantes de la región, mientras que él… Él solo era un ejecutor más. —Tal vez el gato quiera uni