Capítulo 8

2944 Words

Victoria cerró los ojos y una vez en calma, se soltó del agarre del hombre y caminó de vuelta a la salida del cementerio. No podía caer en los brazos de Rodrigo. Por más que le gustara, por más que él se mostrara agradable, sabía que entre los dos, mientras no se aclarara el tema del testamento, no podían estar juntos. Y ese tema estaba a años luz de solucionarse. El camino de vuelta fue en completo silencio. Incómodo silencio. Tenso silencio. De esos silencios cargados de esa energía que a la vez que une a dos personas, al mismo tiempo las separa. Rodrigo la dejó en la puerta de la casa grande, donde la esperaba Marcos, cosa que al patrón puso de peor humor, pero no dijo nada, simplemente la dejó allí y se fue a toda prisa. ―¿Y tú? ―Vine a verte. ―¿Ya? ―Quería disculparme por

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