POV Nick
Jeremy, su Beta, dejó caer un sobre en el escritorio frente a él. Tenía esa estúpida sonrisa que tenía cuando algo travieso estaba a punto de suceder. Nick levantó una ceja ante su Beta, cuya sonrisa se hizo aún más grande, y simplemente se quedó allí mirándolo, en serio no podía ser tan gracioso. Aunque Jeremy pensaba que muchas cosas eran graciosas en estos días. El hombre medía 6 '4, con ojos marrones oscuros, cabello castaño claro corto y hoyuelo en su mentón, y un hoyuelo profundo en su mejilla derecha que se mostraba con su clara diversión, por lo que sea que él pensara que era gracioso.
El hombre se deleitaba y disfrutaba mucho burlándose de él por ese maldito chucho con el que había tenido un enfrentamiento hace unos meses, simplemente no dejaba de lado el tema, porque según él y Braidy, él, su Alfa, había perdido contra una niña pequeña, de acuerdo a como ellos lo decían.
A veces encontraba una flecha negra clavada en su silla o un cuchillo en su zapato. Pensaban que eran graciosos. Y ninguna cantidad de castigos que les impusiera, los detenía. Problemáticos, ambos. Braidy, alimentándose del deseo de Jeremy de molestar y hacer bromas, pero también sus amigos más cercanos.
Sin embargo, Nick no lo veía de esa manera, su enfrentamiento con el chucho había sido interrumpido y, por lo tanto, nadie lo había ganado, según su recuerdo. En realidad, estaba ansioso por una revancha. Su habilidad, tenía que admitirlo, era un poco impresionante, pero estaba dispuesto a apostar que si él estuviera junto a ella en el campo de entrenamiento, sus habilidades para lanzar cuchillos superarían fácilmente a las de ella. Su lobo Rip solo quería tener la oportunidad de usar su aura de Alfa para ponerla en su lugar y mostrarle quién manda.
Aunque era poco probable que alguna vez tuvieran la oportunidad, la Manada de la Media Luna no estaba de ninguna manera afiliada a su manada, y estaba a unas 5 horas de distancia en coche. También había solo territorio de rogues entre el suyo y el de ellos, y el terreno era bastante difícil de atravesar, con pantanos salpicados en el camino y también territorio de manadas abandonadas hace mucho tiempo. Una historia triste que él había escuchado, todos habían escuchado. Pero fue antes de su tiempo. 3 años antes de que él se hiciera cargo, de hecho. Nadie había ido en su ayuda, muy triste.
Nick volvió su atención al sobre que Jeremy había dejado caer en su escritorio, la cosa misma que su Beta encontraba muy divertida. Era un sobre verde metálico suave con un sello de luna en la parte de atrás, lo que indicaba que era una invitación a un baile de apareamiento. Suspiró y lo tiró a la papelera junto a su escritorio. No tenía idea de por qué Jeremy encontraría eso divertido.
Sabía que Nick no asistiría, ni siquiera abriría el sobre para el caso.
—¿Por qué te resulta tan gracioso? —preguntó, volviéndose de nuevo al presupuesto en el que había estado trabajando para la nueva escuela que estaba construyendo.
Para su completa sorpresa, Jeremy lo sacó de la papelera y lo puso nuevamente frente a él.
—¿Estás tratando de poner a prueba mi paciencia hoy, Beta? —Nick usó su rango en lugar de su nombre, permitiendo que Jeremy, a quien conocía desde que tenía seis años, mostrara su molestia y disgusto por sus acciones.
—Léelo —Jeremy afirmó, aun con diversión.
Nick suspiró.
—No tengo que hacerlo, es una invitación a un baile de apareamiento, puedo decirlo por el sello de luna llena en la parte de atrás.
—De hecho lo es —su amigo se rio.
—¿Por qué Jeremy encuentras graciosa esta cosa anticuada? Sabes que no voy a asistir, ni siquiera voy a responder —se movió para tirarlo a la papelera de nuevo.
La mano de Jeremy lo detuvo.
—Vamos, Nick, solo esta vez, ábrelo, léelo, hazme reír solo esta vez.
—¡No!— Nick estalló y estaba a punto de romper el sobre por la mitad para dejar en claro su disgusto con su Beta, pero para su completa incredulidad, Jeremy se lo arrebató de las manos antes de que pudiera, usó la velocidad de su lobo para agarrarlo.
—¿Tienes ganas de morir hoy? —gruñó.
Jeremy simplemente se rio de él.
—Tal vez, quizás hoy sí —Luego caminó alrededor del escritorio de Nicks y se sentó en una de las sillas frente a su escritorio, arrancó el sello de luna llena y abrió la carta.
—Por amor a la Diosa —murmuró Nick para sí mismo.
—Sí —Jeremy sonrió de nuevo—. La Diosa misma pide que tú, el Alpha Nicholas de la Manada Blue Moon Rising, asistas a uno de sus bailes de apareamiento —se rio y luego procedió a leer la invitación en voz alta.
Nick se recostó en su silla y lo observó. Era la misma tontería de siempre, lleva a tus lobos no emparejados, machos y hembras, para ver si pueden encontrar a sus almas gemelas en la próxima luna llena. Aparentemente, tenía permitido llevar a 20 lobos. También indicaba que otras seis manadas habían sido invitadas, por lo que un total de 140 lobos no emparejados estarían visitando y también habría lobos de la manada que celebraba el baile de apareamiento. Era la única información que Jeremy no había revelado, lo cual era curioso.
Después de un minuto completo de silencio y los dos simplemente mirándose el uno al otro, Nick casi le gritó.
—Bueno, me hiciste escuchar esa maldita tontería, ¿quién envió esa estúpida cosa? —La sonrisa de Jeremy volvió con fuerza, pero ahora también había una mirada traviesa en sus ojos—. Pensé que no te importaba.
—¡Por el amor de la Diosa, Jeremy! —Estaba empezando a perder la paciencia.
—Manada Half Moon, Nick.
Ah, ahora sabía por qué Jeremy lo encontraba tan divertido, esa era la manada de la mestiza. Espera, ¿cómo lo sabía, sin abrirlo primero? Nick extendió la mano, frunciendo el ceño. No había visto ningún símbolo de manada en eso cuando lo había visto de reojo.
—No lo vas a destrozar ahora, ¿verdad?
—Sólo dámelo —gruñó, molesto con su Beta—. Eres cansino. ¿Lo sabes?
—Sí, jefe, lo sé —Jeremy seguía sonriendo y había diversión en su voz, se sentó allí golpeando el sobre en su mano—. Creo que lo destruirás —de repente dijo y guardó la invitación en el bolsillo de su camisa, luego se levantó y se dirigió hacia la puerta con ella.
Rip emitió un gruñido de advertencia, no le gustaba que su propio Beta lo ignorara. Jeremy se detuvo en la puerta, se dio la vuelta y lo miró directamente. Esa maldita mirada traviesa de vuelta en sus ojos.
—Pensé que no te importaban los bailes de apareamiento, Nick —Luego cerró la puerta detrás de él.
El oído de lobo de Nick captó los pasos de su Beta, corrían lejos de su oficina. Sabía que era una mala idea, pero parecía que hoy Jeremy sí tenía deseos de morir. Nick le dio una cuenta atrás de diez y luego se levantó de su escritorio, cruzó su oficina y abrió la puerta, se estiró el cuello, rodó los hombros y sonrió.
—Vamos por él —dijo a Rip, y salieron tras él.
Salió de la casa de la manada usando la velocidad de lobo de Rip, pasando junto a Braidy, que se reía. Estaba justo afuera de la puerta principal de la casa de la manada. Jeremy, podía ver, estaba corriendo hacia el terreno de entrenamiento a toda velocidad de lobo también. Nick podía oír al hombre riendo mientras se alejaba.
—No podrá escapar de nosotros —resopló Rip, divertido con la idea de que su Beta intentara huir de él.
—No, no podrá —Nick estuvo de acuerdo, la persecución había comenzado. Jeremy usó los obstáculos del terreno de entrenamiento para retrasar su captura, pero pasaron apenas unos minutos antes de que lo derribaran y lo sujetaran en el suelo. Nick volteó a su Beta, que había dejado de luchar contra él, ahora estaba capturado, y metió la mano en ese bolsillo en busca de la invitación. Sin embargo, Jeremy seguía riendo casi histéricamente. Su diversión era aún mayor que antes.
Nick se encontró con las manos vacías. Revisó a su Beta tras golpearlo y revisó todos sus bolsillos. No había ningún sobre, se lo había pasado a alguien.
—Maldito bastardo —Nick se levantó, pensando en quién había pasado cerca. Maldito Braidy había estado riendo afuera de la entrada de la casa de la manada. Le dio una patada a las costillas de Jeremy lo suficientemente fuerte como para hacerlo decir: ay.
—Te guardaré —murmuró.
—Oh, Braidy, ¿dónde estás? —preguntó a través de un enlace mental, su voz suave y mortal.
—No lo sé, jefe. Nunca he estado en esta parte de la manada antes —la diversión clara fluía hacia él a través del enlace, luego Braidy cortó la conexión.
Está bien, los chicos querían jugar, parecía.
—Rip, ve a buscarlo —sonrió Nick para sí mismo, nadie en esta manada podía ocultarse de su lobo. Parecía que era una caza. Rip se lanzó rápidamente. Le encantaba una buena caza, volvió directamente a la casa de la manada para recoger el rastro del último lugar donde lo habían visto. Rip conocía el olor de su Delta y lo rastreó, moviéndose rápidamente a través de la casa de la manada y saliendo por la sala de estar, por la puerta trasera y hacia el bosque en dirección norte. La misión: cazar y capturar.
Le tomó siete minutos hasta que su Delta estaba tumbado en el suelo debajo de él, junto al lago del norte. Reía tan fuerte que apenas podía quedarse quieto.
Nick nuevamente se encontró con las manos vacías, tampoco había nada en los bolsillos de Braidy.
—¿Dónde está? —preguntó.
—No tengo idea de lo que estás hablando —se rio, afirmando no saber por lo que lo estaban cazando.
—¿A quién se lo diste?
—¿Qué le diste al jefe? Jeremy sólo me envió un enlace mental para correr y jugar. Ya me conoces, no puedo resistirme, jefe.
Nick apretó los dientes, claramente el juego de Jeremy aún continuaba.
—Oh, Jeremy… —le envió mentalmente a su Beta.
—Sí, Nick —respondió correctamente, mostrando respeto de Beta.
—¿Dónde está?
—¿A qué te refieres ahora? —fingió inocencia.
—¡Tú sabes qué!
—¿Otra vez estás sonámbulo, jefe, teniendo sueños extraños? —la diversión en su voz era indiscutible. No pudo disfrazar el juego que había preparado, claramente los chicos no tenían nada que hacer, parecía que sí lo tendrían cuando él terminara con ellos.
Mientras caminaba de regreso hacia la casa de la manada, sólo podía pensar en una forma de terminar esto rápidamente.
—Oh, Jeremy...—Braidy lo seguía, aún divertido. No sería por mucho tiempo, la pena sería impuesta.
—Sí, jefe.
—A esa pelirroja hermosa que te gusta, dile que quiero una cita para cenar con ella —su voz bajó a una nota suave y ronca, para que su Beta entendiera completamente sus intenciones—. Las 7 pm me conviene
—No lo harías.
—¡Oh, sí que lo haría! —Ahora era Nick el que sonreía, él estaba sin pareja y disfrutaba de la compañía de una loba. El último amorío de Jeremy era bastante bonita, y él lo sabría, ninguna loba rechazaba la oportunidad de subirse a la cama del Alfa.
—No tienes sentido del humor —Jeremy resopló a través del vínculo—. Está en tu oficina, jefe.
—Mejor que esté, o tu pelirroja estará en mi cama esta noche. Fin del juego.
Incluso a Rip le gustaba cómo lo había terminado.
Entró a su oficina y encontró a Kevin, su Gamma, sentado en el cómodo sofá, sonriendo hacia arriba y en su mano estaba la invitación. Jeremy estaba apoyado en el costado de su escritorio, aun sonriendo por el juego que había preparado.
Nick extendió su mano.
—¿Cómo conseguiste eso?
—Jeremy me lo entregó cuando salió de tu oficina —Encogió de hombros, pero sonreía tanto como los otros dos—. Me vinculé para esperar en la oficina con ella una vez que vinieras tras él.
Tomó el sobre que contenía la invitación y miró fijamente a Jeremy.
—¿Qué pasa, jefe? Lo que buscabas estaba justo en tu oficina todo este tiempo.
Nick lo fulminó con la mirada, astuto, bastardo, dio vuelta el sobre para tratar de descubrir cómo sabía de dónde venía sin abrirlo. No había marcas de manada que indicaran el remitente.
—¿Cómo sabías de dónde venía?
—Le pregunté al mensajero que lo entregó.
—¿Qué? Fue entregado en persona —Eso era extraño.
—Sí, y tenía que ser firmado por un m*****o clasificado de la manada, así que fui, estaba por ahí —Encogió de hombros.
Ahora Nick miraba la invitación en sí. Podía oler un aroma femenino en ella, presumiblemente de la Luna de la manada que la envió.
—Normalmente, no necesitan ser firmadas, ¿verdad?
—Así es —Jeremy asintió, pero esa estúpida sonrisa volvió a su rostro.
—¿Y ahora, Jeremy?
—Nick, no vi en esa invitación ningún apartado para indicar tu respuesta.
—No, claro que no —gruñó, leyendo la invitación por sí mismo, buscando la sección de RSVP, no había ninguna.
—Sí, creo que sí —Kevin sonrió desde el otro lado de la habitación, uniéndose a la conversación. —La leí varias veces. Firmarla es un acuerdo de que asistirás al baile.
—¿Están tan desesperados por aparear a sus lobos que tienen que usar esta tradición arcaica? —murmuró, ahora su mano estaba forzada. La firma de su Beta era tan válida como la suya en un asunto como este.
El juego de Jeremy había comenzado en el momento en que el maldito mensajero le mostró el maldito sobre. Pensó que sería divertido hacer que su Alfa fuera a un baile de apareamiento. Bueno, sería castigado, eso era seguro. Su mente estaba claramente retorcida.
Volvió para mirar la fecha y luego, cuándo sería la próxima luna llena, solo dentro de 9 días. Frunció el ceño, qué poco aviso, y sabía que se esperaría que llegara el día anterior. Él puede que no hiciera estas cosas, pero el antiguo Alfa sí lo hacía, y su padre también. Sabía cómo funcionaban. Tenía que llegar el día anterior para dar tiempo a todas las manadas que llegaran para instalarse y mezclarse primero.
—Braidy, te encargarás de seleccionar a los 20 lobos para esta maldita cosa.
—No, por favor, eso es un trabajo horrible, todos querrán ir.
—Sí, por tu parte, en esta pequeña broma, tendrás que lidiar con todos los lobos suplicando y llorando para ir, luego enfadados porque no fueron seleccionados.
Lo observó muy satisfecho mientras Braidy fulminaba con la mirada a Jeremy, a quien realmente le correspondía la culpa, pero si quieres jugar, es posible que te quemes.
—Jeremy, irás conmigo a esta estúpida cosa. Y como castigo por atreverte a firmarla, harás deberes en la guardería de la manada durante los próximos 5 días.
—¿Qué? —su Beta prácticamente gritó indignado.
Nick estaba muy satisfecho con la respuesta de Jeremy, ya no estaría tan aburrido, los próximos cinco días serían mantener a su Beta muy ocupado. La casa de la guardería de la manada tenía más de 40 traviesos niños pequeños y cachorros que gritaban, sería muy ruidoso y molesto, justo lo necesario para recordarle que no lo hiciera de nuevo.
Rip resopló, en realidad había disfrutado la caza por la manada, no era frecuente que simplemente se desataran así. Ahora Nick también podía ver lo divertido que era. Pero castigar era divertido, iba a disfrutar paseando junto a la guardería a diario y viendo a Jeremy sufrir por su estúpido juego. También podía jugar, simplemente no lo hacía a menudo. Era el Alfa y debía ser percibido como la autoridad, no como un bromista. Mantener el control en todo momento, tenía que generar respeto y ejercerlo.