Capítulo 30

473 Words

Todo parecía tranquilo en Egipto, la paz reinaba en aquel lugar o al menos eso parecía. Mientras yo estaba totalmente concentrada, buscando la manera de poder ganarme su confianza nuevamente y tener nuevamente mi libertad, a Ramsi se le venían algunos problemas nuevos. El general llegó al despacho de su soberano, para informarle de ciertas anomalías que estaba sucediendo en la ciudad de Egipto. – Soberano, lamento molestarle – dijo haciendo una reverencia. – ¿Qué sucede? – preguntó intrigado el faraón. – En nuestra vigilancia por las calles de la ciudad, hemos escuchado a los comerciantes decirse unos a otros, que han visto seguidamente habitantes Hicsos comprar víveres en sus tiendas. – ¿Comprar víveres? ¿Sabes la razón? – No estoy seguro, pero según parece están pasando mal en su

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