Narrador: Había cierto tiempo que Nefertina tenía la libertad de visitar a su familia, pues así se lo permitía el faraón. Su madre, se ponía muy feliz cuando esto sucedía. Pero últimamente hallaba extraño que no había venido y empezó a preocuparse, pretendía saber como se encontraba su querida hija a través de su otro hijo, pero recientemente tampoco había ido a casa y cada vez se preocupaba más. Estaba decidida ir al palacio, pero ese día llegó Imothep. – Hijo, que bueno que has venido. ¿Cómo estás? Me estaba preocupando que no habías venido a verme. – Lo siento madre, he estado ocupado estos días. – ¿Cómo se encuentra tu hermana? Me resulta extraño que no haya venido a vernos. Imhotep tomó asiento y suspiró. – Hijo, no me asustes. ¿Le pasa algo a Nefertina? – No madre, Nefertina