Me sentí sorprendida, confundida, enojada y toda una mezcla de muchos más sentimiento al pensar que yo había dejado que un espíritu me controlara a voluntad; pero al mismo tiempo intentaba ser comprensiva teniendo en cuenta que era solamente una niña. Eso no evitaba que la culpa de todo lo que había sucedido recayera en mí, y las memorias de aquel día eran un recordatorio de mi ingenuidad y debilidad. Lo que había sufrido no me había hecho más fuerte, en su lugar me hizo cobarde, siempre quise huir de todo lo que significaba ser una Blackallister para poder olvidar todo lo que había causado. Y sin embargo, allí estaba atrapada en la misma historia de mis antecesores, empezaba a creer que la maldición de los Dumas era el fuego que perseguíamos como simples mariposas, al final todos nos quem