Si antes Karl estaba impactado, cuando escuchó eso sintió como si estuviese de espaldas con sus talones pisando el borde de un precipicio, y luego sin tiempo para responder, le hubiesen dado una fuerte patada en el estómago que lo lanzó al vacío. Su corazón comenzó a dolerle y se tambaleó un poco mientras retrocedía, ya que él no deseaba que supieran que era un exconvicto. Él no quería deshonrar a su hermano Noah, ya que, el rubio sabía que tener familiares expresidiarios era lo peor que existía para cualquiera. Sin embargo, para su asombro Karl ni siquiera le prestó atención a su gemelo cuando escuchó al rey, de manera inconsciente el rubio dirige su mirada a Leah que, con sus labios fruncidos, observaba a su padre en una clara excusa para no mirarlo. —Él nos dijo todo… estabas en prisió