Por otra parte, lady Brenda se fue con el príncipe Leif a un lugar mas privado, alejados de la bulla y la algarabía de la fiesta. Los dos caminaron tomados de la mano por el extenso pasillo, pero luego de un tiempo, Brenda le soltó la mano a Leif, sin embargo, él volvió a sujetársela sin importarle que ella claramente no deseaba ese contacto. Durante el camino, Brenda se pudo dar cuenta que el príncipe la llevaba hacia el área donde estaban los aposentos reales, y por tan solo descubrir eso, la pelirroja dijo:
—¿Qué deseas hacer, Leif? —pregunta Brenda con tranquilidad.
—No te preocupes, no haremos nada que no desees —responde el príncipe volteándose para ver a la pelirroja —simplemente que, no hay lugar mas privado en todo el palacio que mi aposento. Deseo estar contigo a solas.
Brenda
