Riley, renuente a dejar el probador, se colocó el vestido y salió con un par de lencería para Maddox. Riley miró como Ranger extendía la tarjeta negra de Maddox y cancelaba su compra. Nada habría querido más Riley que terminar lo que comenzó en ese probador, pero Ranger le dijo que subiera a la camioneta, que la llevaría al recorrido. Riley lo miró por el retrovisor. Los ojos de Ranger eran hermosos. No eran claros como los de su esposo, sus rostros no se parecían, así como tampoco lo eran las formas en las que la tomaban. Maddox era más posesivo, mientras Ranger era más apasionado, como si el puto mundo fuese acabar pronto. Riley cruzó una pierna sobre la otra y jugó con su cabello. Ranger no pronunció palabra. Él era bastante renuente a hablar, pero no lo fue a lamer toda su v****a y hac