El Alfa se va antes de cerrar la puerta detrás de él. Cuando llegan las 5 en punto, suspiro y me pongo de pie. No tengo otra opción más que ir allí y enfrentarme a Angie, la perra reina. Poniéndome algo de ropa abrigada, asomo la cabeza por la puerta. Algunos rezagados que como yo están llegando tarde salen de sus habitaciones antes de dirigirse hacia las escaleras que llevan al nivel inferior. Abriendo la puerta, salgo y rápidamente la cierro con llave detrás de mí. Me dirijo hacia las escaleras siguiendo a la multitud. Dando la vuelta a la esquina, choco contra Angie. Casi gimo al verla. Su perfecto cabello rubio cae por su espalda, terminando justo encima de su trasero. Sus labios rojo cereza se fruncen cuando me nota. Sus senos están levantados casi hasta su barbilla. Dos gigantes gl