— No lo puedo creer, en serio. — Oh, ¿Dirás que no te gusta? — Claro que sí, sólo no me esperaba esto — Pues soy una caja de sorpresas así que prepárate — Pensé que eras una caja de bombones de chocolate — él se río, envolviendo mis oídos en esa deliciosa melodía. Era lunes, el siguiente lunes a mi primera transmisión del sábado, el martes volvería a transmitir y me había tomado en serio el asunto de sacar de mi corazón a el innombrable Shane. Adrien me invitó a una noche mágica, por supuesto, en mi mente era un hotel de lujo, con jacuzzi, velas, pétalos de rosas, música suave y unas botellas de champagne. En su mente, era una tienda repleta de caramelos, con sillas y mesas de madera donde ahora estaba acomodado mi hermoso trasero enfundado en mi lindo short de vestir color n***o