Las luces tenues nos reciben, el ruidos de la bolas golpeando los pinos retumba en el lugar, un leve olor a desinfectante y desodorante de pino inunda el ambiente. Mis zapatos suenan contra el suelo de madera, miro hacia mi derecha donde la barra se divide en dos sectores, el primero lleno de heladeras y lo que parece una cocina, frente a este mesas y sillas, aunque algunas personas comen en el sector de juego, en otra mesa gris incrustada al piso con asientos a su alrededor. La otra parte solo contiene estantes con zapatos y un hombre de camisa con cuello verde y líneas en igual tono.
Le está colocando desinfectante a los zapatos, arrugo un poco mi nariz, no se ve un higiénico, mis ojos observan sus manos y siguen por la camisa donde el nombre Busbol descansa en el bolsillo pequeño que s
