Por fin había llegado el sábado, y con él, los tormentosos pensamientos. A pesar de que se rehusaba a asistir a la fiesta de cumpleaños de Jenna, la hermana mayor de Jessie, durante la semana, Alex intentó convencerla de que la mejor manera de demostrar que no era una “patética” más. Era presentarse allí frente a la multitud de diferentes edades, frente a Jessie y su molesta hermana. Ahora que sabía que Alex también había sido invitado a tal evento, su angustia buscó tranquilidad, pero todavía los problemas de: — No sé qué usar. No sé cómo actuar allá — le decía a Elizabeth en su segundo encuentro en el café. — Puedo prestarte algo — sonrió ésta —, y sobre qué hacer en ese tipo de fiestas... la hermana de Francis no se ve en lo absoluto una persona seria o elegante, así que me imagino