— ¿En serio dijo eso? — preguntó Alex sorprendido, soltando gritos de enfado mientras estaban en el patio trasero del instituto, en la hora del almuerzo. — Sí — contestó Elena, con el entrecejo fruncido y las manos en forma de puño apretándolas fuertemente, todavía estaba molesta. — Vaya, qué chico más pesado — terminó por suspirar, cruzado de brazos. — Ela, no puedes seguir envolviéndote con ese sujeto. "Lo sé... Eso ya lo sé, pero aún así…" Justo después de regresar del viaje familiar, Elena y Vincent no se volvieron a hablar, ni tampoco se molestaron en cruzar miradas, tal como en el comienzo de ese fin de semana. Ahora, durante el tiempo libre en el instituto, Elena aprovechaba el momento para charlar con la única persona que estaría dispuesta a escucharla, Alex. — Con razón Jess